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Rapallini será parado tras su actuación en el clásico de Avellaneda

Luego de su polémica actuación en el partido entre Independiente y Racing, el árbitro Fernando Rapallini fue parado por decisión del Colegio de Arbitros, al menos, por una fecha y no dirigirá en la sexta jornada.

1 de Septiembre de 2014
Los jugadores de Racing le protestan al colegiado platense.

El clásico de Avellaneda será recordado por el triunfo de Independiente en su vuelta a Primera. Y también, por el cuestionado arbitraje de Fernando Rapallini. El referí platense, de 35 años y constructor de piletas de natación fue muy cuestionado por los jugadores y el técnico de Racing, y desde el Colegio de Arbitros ya tomaron una decisión: Rapallini será parado y no dirigirá en la sexta fecha.

 

Las jugadas más polémicas se pueden observar en este informe. A los 23 minutos, Milito anticipó con limpieza ante Bellocq y Rapallini cobró plancha del delantero de Racing. De esa jugada, derivó el tiro libre de Mancuello y el gol de Sebastián Penco. A los 11 minutos del segundo tiempo, Cristian Tula le pegó un codazo descalificador a Ricardo Centurión. Fue una jugada de expulsión que apenas fue sancionada con tarjeta amarilla. En el primer tiempo, ya le había pegado un cabezazo a Hauche. En ese mismo lapso, no sancionó con amonestación un manotazo de Néstor Breintembruch al propio Hauche, a quien en el segundo tiempo le perdonó la vida. Ni siquiera le mostró tarjeta cuando el 'Demonio' sacó a Mancuello de la cancha.

 

Hubo un penal de Leandro Grimi a Penco que Rapallini tampoco cobró y que los veedores del Colegio describieron como "una sujeción persistente sin sanción". El defensor de Racing sacudió al delantero de Independiente. Hubo más, claro. Un rodillazo de Diego Rodríguez a Iván Pillud, "una jugada como la de la final de Argentina-Alemania", relataron fuentes del referato. Entonces, Manuel Neuer le cometió un penal a Gonzalo Higuaín y el árbitro italiano Nicola Rizzoli optó por el mismo y equivocado criterio de Rapallini. Y la patada de Yonatan Cabral a Droopy Gómez, cuando terminaba el clásico, sólo fue penada con una amarilla. Era roja directa.

 

"Más allá de los errores puntuales, no tuvo conducción del juego. Los futbolistas hicieron lo que quisieron. Y Rapallini, en su afán de dejar jugar, permitió que no supieran controlarse. Es el culpable", deslizaron en el Colegio de Arbitros, cuyas autoridades reciben durante el momento de cada partido las imágenes que les proveé un moderno software. Más claro, imposible. Con la evidencia de las imágenes, Rapallini deberá descansar el próximo fin de semana.

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