El especialista Pablo Aníbal Cingolani, docente de la Facultad de Ciencias Biomédicas de la Universidad Austral, responde una serie de preguntas sobre los síntomas, causas, gravedad y las señales que brinda el cuerpo para detectar una obstrucción intestinal; un cuadro por el que fue operado con éxito el Papa Francisco en las últimas horas.
¿Qué es una obstrucción intestinal?
La obstrucción intestinal es una urgencia quirúrgica bastante frecuente, que constituye cerca del 15% de las cirugías de urgencia por abdomen agudo (síndrome caracterizado por dolor abdominal intenso que puede llevar a una acción terapéutica de emergencia, por existir riesgo para la vida). En general, es el resultado de la interrupción del flujo normal del intestino y se manifiesta en una falta de eliminación del contenido intestinal. En el 80% de los casos, el sitio de la obstrucción se encuentra en el intestino delgado.
¿Cuáles son las causas?
Es necesario aclarar que hay causas mecánicas extrínsecas (es decir, oclusiones que bloquean desde afuera) y hay causas mecánicas intrínsecas (oclusión intraluminal, patologías que suceden en el interior del intestino).
Entre las causas extrínsecas, la más frecuente es la formación de bridas o adherencias (tejido fibroso que se genera sobre cicatrices de cirugías anteriores). Otra causa son las hernias: el contenido intestinal puede atraparse dentro de un orificio herniario o dentro de una eventración y así producir un cuadro de obstrucción. Dentro de las lesiones intrínsecas que podrían causar cuadros de obstrucción intestinal encontramos toda una gama de tumores del intestino delgado como del intestino grueso.
¿Cómo se genera la obstrucción?
En general la obstrucción se genera justamente porque una brida o una adherencia comprime las paredes del intestino y no dejan pasar su contenido. También puede ocurrir que, por ejemplo, un tumor ubicado en el intestino grueso, el colon o en el intestino delgado obstruye prácticamente el 80% o más de la luz del intestino, lo que interrumpe el flujo normal del contenido intestinal.
¿Qué gravedad tienen las obstrucciones intestinales?
En general las obstrucciones intestinales son un cuadro de abdomen agudo, que debe resolverse mediante una intervención quirúrgica para liberar la zona bloqueada. Si no se la libera, suponiendo que esto estaba causado por una oclusión como una brida, puede generar daños en la pared del intestino, así como alteraciones sistémicas que pueden ser reversibles, si uno opera al paciente dentro de una determinada cantidad de horas; o daños irreversibles que lleven a la isquemia del intestino.
¿La única alternativa es operar o se puede resolver de otra forma?
En general, cuando la obstrucción intestinal es completa la única alternativa es operar. Existen suboclusiones intestinales (donde la obstrucción es parcial) en donde uno podría contemplar no operar iniciando medidas médicas que ayuden a desobstruir el paciente, como colocar una sonda nasogástrica, mantener el reposo digestivo, una hidratación importante y, en pocos casos, medicación corticoidea. Pero en general, en el paciente adulto que posee una obstrucción intestinal se indica siempre la resolución quirúrgica.
¿El cuerpo da señales? ¿Qué síntomas presenta el paciente?
En primer lugar, se da una interrupción del tránsito intestinal: hay un impedimento para evacuar el intestino y para eliminar gases. Además, en esos casos, el paciente experimenta un estado nauseoso, los vómitos no tardan en aparecer. En el examen físico aparecen rápidamente los signos de oclusión, caracterizados por distensión abdominal y cólicos abdominales. La aparición de dolor abdominal generalizado en los cuadros obstructivos habla de un potencial compromiso de la vascularización intestinal, lo que constituye un signo de progresión y gravedad.
¿Cómo es el posoperaotorio?
Una vez resuelta quirúrgicamente la obstrucción, el paciente debe permanecer internado los días necesarios hasta recuperar el normal funcionamiento intestinal (restablecimiento del tránsito) más allá de cuál fue su causa de origen. Es necesario el control del medio interno del paciente mediante una vigorosa hidratación, antibióticos en forma endovenosa si fuera necesario, reposo digestivo y cuidados postoperatorios relacionados a la herida quirúrgica. Una vez que el paciente recupera el funcionamiento de su intestino, podrá comenzar una alimentación oral en forma paulatina, completando la rehabilitación postoperatoria hospitalaria. Continuará su recuperación postoperatoria en su domicilio con atención médica programada externamente hasta completar su recuperación.