La ANMAT (Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica) informó a la comunidad que la empresa Nestlé Argentina S.A. (RNE 02-031606) se encuentra realizando el retiro voluntario y preventivo del mercado del siguiente producto:
“Producto en polvo a base de harina de arroz, vitaminas y minerales, para lactantes a partir de los 6 meses de vida y niños en la primera infancia”, nombre de fantasía: ARROZ, marca: NESTUM, peso neto 225 gr, envase bolsa pouch, RNPA 02-601558, lotes 42670242 y 42680242 - vencimiento 30/09/2025.
La medida fue adoptada por la firma dado que, durante un monitoreo de calidad de rutina, detectó la presencia de aflatoxina B1 en niveles superiores a los establecidos en la normativa vigente.
ANMAT coordina las acciones con las autoridades sanitarias provinciales y municipales del país, a los fines de monitorear el retiro del mercado de los lotes involucrados del producto mencionado.
Por todo lo expuesto se recomienda a quienes tengan en su poder los lotes 42670242 o 42680242 - vencimiento 30/09/2025 de NESTUM ARROZ, que se abstengan de consumirlos.
A su vez, pueden comunicarse con la empresa al teléfono 0800-999-8100 (opción 3) o vía e-mail a: servicios.alconsumidor@ar.nestle.com, para proceder a su reemplazo.
A quienes los expendan que lo retiren de la comercialización y se contacten con su proveedor.
¿Qué es la aflatoxina B1?
La aflatoxina B1 es una toxina producida por ciertos tipos de hongos del género Aspergillus, que pueden crecer en diversos productos alimenticios, como granos (maíz, maní), frutos secos, especias y cereales, especialmente cuando las condiciones de almacenamiento son cálidas y húmedas.
Es una de las más peligrosas y se considera un potente carcinógeno. La exposición prolongada a esta toxina puede causar daño hepático, aumentar el riesgo de cáncer de hígado y dañar el sistema inmunológico. Debido a sus efectos tóxicos, la presencia de aflatoxinas en los alimentos está estrictamente regulada por autoridades de salud pública, como la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA).
Además de su potencial cancerígeno, la aflatoxina B1 también puede tener efectos negativos en el crecimiento de animales y en la seguridad alimentaria, lo que resalta la importancia de monitorear y controlar su presencia en productos alimenticios.