REDACCIÓN ELONCE
La luna llena fría estuvo presente en diferentes puntos del mundo y la ciudad de Paraná, capital de Entre Ríos, no fue la excepción en esta oportunidad.
Desde las primeras horas de la noche, se pudo observar al satélite de la Tierra iluminar el río Paraná y tener un gran tamaño sobre la bella noche en la capital entrerriana.
Elonce pudo captar a través de imágenes y de un video postales de cómo pasó por Paraná la luna llena fría.
El origen de la luna llena fría
Como la Tierra es redonda, la Luna no sale a la misma hora en todo el planeta. La curvatura de nuestro mundo y la inclinación de su eje provocan que nuestro satélite se levante en diferentes horarios según la ubicación. Por ejemplo, en Buenos Aires, la Luna aparecerá a las 20:53, mientras que en Mendoza lo hará a las 21:31. Este fenómeno nos transporta al universo de Julio Verne, nacido en Nantes en 1828, en una época donde no existían automóviles, aviones, ni mucho menos cohetes o satélites. Sin embargo, en su imaginación, la humanidad no tenía límites para moverse. Su pluma surcaba los océanos en submarino, volaba durante cinco semanas en globo e incluso, en su novela De la Tierra a la Luna, anticipó un viaje a nuestro satélite, más de un siglo antes de que se hiciera realidad.
Esa misma luna llena que veremos este domingo en diferentes puntos de Argentina, como en Ushuaia a las 23:33, fue la que iluminó la mente de Verne en 1865. A los 37 años, Verne plasmó su visión de un viaje a la Luna que se adelantaba más de cien años a la realidad, un viaje que fue casi un presagio del alunizaje del 20 de julio de 1969. En su novela, tres tripulantes – Barbicane, Nicholl y Ardán – partían hacia el satélite. La historia real, sin embargo, tuvo como protagonistas a Neil Armstrong, Michael Collins y Buzz Aldrin. Además, Verne también anticipó que ese viaje sería realizado por Estados Unidos, aunque él mismo era francés. Y en su relato, el lanzamiento se efectuaba desde el estado de Florida, un lugar clave debido a su proximidad al ecuador, lo que aprovecha el impulso de la rotación de la Tierra.
Verne también entendió la física detrás de la travesía. Sabía que para escapar de la gravedad terrestre, una nave necesitaría alcanzar una velocidad de 11 kilómetros por segundo, la misma que la NASA utilizó para enviar el Apolo 11 a la Luna. En su novela, Verne predijo que el viaje de ida duraría cuatro días, exactamente el mismo tiempo que el viaje real. Además, en reconocimiento a su contribución a la ciencia ficción, Verne fue incluido en el Salón de la Fama de la Ciencia Ficción en 1999, y en honor a su visión, la luna llena de diciembre en el hemisferio norte se conoce como la luna llena fría, nombre relacionado con el inicio del invierno en esas latitudes.
Este nombre puede parecer ajeno en el hemisferio sur, donde las altas temperaturas marcan el final del año, pero aún así, la luna llena fría nos recuerda a la época en que Verne imaginó un futuro donde la locomotora a vapor era el mayor avance tecnológico, y la humanidad apenas comenzaba a soñar con viajar por el espacio.