El joven acusado de abusar de un niño de cuatro años en un hecho ocurrido en una localidad de Paraná Campaña, ubicada en el centro oeste de la provincia, en 2011, enfrenta un duro pedido de condena. En la etapa de alegatos, l<b>a fiscal coordinadora Carolina Castagno, pidió que el imputado sea condenado a 12 años de prisión</b>.
<b>En tanto que la defensa, a cargo de los defensores públicos, Emiliana Cozzi y Juan Carlín, solicitaron que se lo absuelva y subsidiariamente, si es encontrado culpable, que se le quiten los agravantes.</b>
El acusado es juzgado por el delito de Abuso sexual gravemente ultrajante agravado por la situación de guarda. Los defensores solicitaron, en subsidio, que se quiten ambos agravantes. El Tribunal de la Sala I en la Cámara del Crimen, que está integrado por José María Chemez, Elvio Garzón y Miguel Ángel Giorgio, dará a conocer el adelanto de la sentencia el lunes 22 a las 12.30.
<b>En la jornada de ayer, declaró el imputado y su hermana</b>. Según deslizaron fuentes judiciales a El Diario, el acusado sostuvo su inocencia, mientras que su hermana no aportó datos que cambiaran su situación. El supuesto abusador, que actualmente tiene 24 años, era vecino de la familia del niño y tiene en trámite otra causa por un delito similar que se sustancia en el ex Juzgado de Instrucción Nº 8.
La denuncia
La situación se conoció por la denuncia que realizó la mamá del niño el 3 de febrero de 2012, día en el que habría sucedido el último abuso, puesto que de la declaración del niño en Cámara Gesell surgió que las situaciones que refirió vivir habrían ocurrido reiteradas veces, teniendo lugar en dos viviendas ubicadas a la vera de la ruta nacional Nº 12. El imputado tenía 21 años cuando habrían ocurrido los delitos que son investigados en esta audiencia.
En la acusación se tuvo en cuenta que "la percepción del niño de los eventos que lo tienen como damnificado", fueron "espontáneas, clara y coherentes". Así, se señaló que describió "situaciones a partir de sensaciones percibidas, las cuales fueron elaboradas psíquicamente a partir de un lenguaje y punto de vista infantil", añadiéndose que pudo "describir escenas en donde se pone en juego la sexualidad, sin connotar el niño una significación sexual."
En este sentido, se afirmó que "el relato del niño es completamente creíble, no se encuentra armado, ni dirigido por terceros", agregándose que "los dichos fueron espontáneos, propios de la edad de un niño de cuatro años, en los cuales describió escenas de contenido sexual, mas desconociendo el significado concreto de ello, máxime si se tiene en cuenta que el menor presenta indicadores de una vivencia sexual traumática".
La carta
El caso generó preocupación en la pequeña localidad, habida cuenta que el imputado estaba en contacto con otros niños, ya que era considerado como un buen chico por los habitantes del pueblo. En este sentido, uno de las alarmas que se encendieron respecto de la conducta del joven fue que le habría enviado una carta de amor a un chico de 13 años.
La familia del menor, que era amiga del imputado puesto que éste frecuentaba su casa y solía tener a su cuidado a otros niños del grupo familiar, se mostró molesta y sorprendida por la situación y dejó de frecuentar al joven.
Sin embargo, los padres decidieron no realizar ninguna denuncia contra el joven porque sus hijos les aseguraron que no les hizo nada. No obstante, aportaron la carta como un elemento más a valorar.