Sigue la polémica en España por el supuesto arreglo de partido que hicieron Levante y Zaragoza en la temporada 2010/2011.
Los planteles de Zaragoza y Levante serán juzgado por lo que ocurrió el 21 de mayo de 2011, cuando derrotó 2 a 1 al Levante y el Deportivo La Coruña se fue al descenso. El tema es que la fiscalía pide dos años de prisión para los futbolistas... entre ellos Leonardo Ponzio, hoy capitán de River.
El pedido formal es: dos años de cárcel para cada jugador que participó de ese encuentro y seis años de inhabilitación para todo lo relacionado con el fútbol en cualquier país.
O sea: seis años sin jugar, ni entrenar, ni ser dirigente de un club. Fuerte.
Lo que hay que aclarar es que en caso de encontrar culpables a los futbolistas, una condena de dos años no los enviaría a la cárcel. Tiene que ser mayor. Es lo mismo que ocurrió con Lionel Messi, que fue declarado culpable de fraude fiscal el año pasado.
En la causa se cita que el director deportivo Antonio Prieto Martínez, el entrenador Javier Aguirre y los tres capitanes del Zaragoza -Gabriel Fernández, Jorge López y Ponzio- resolvieron arreglar el encuentro (con la anuencia del resto del plantel) para evitar el descenso.
Todos los implicados negaron el hecho y se archivó la causa, pero la reabrieron tras una apelación de la Fiscalía, la Liga de Fútbol Profesional y el Deportivo La Coruña, que por el resultado de ése partido perdió la categoría.
Como pruebas figuraron el reparto de 965.000 euros que el conjunto Maño depositó en las cuentas bancarias de nueve de sus futbolistas (junto con las del DT y el director deportivo) cuatro días antes del partido.
El juicio podría ser en seis meses, y por el delito de "alterar de manera deliberada y fraudulenta el resultado de una competición deportiva profesional" la pena es de entre seis meses y cuatro años de cárcel, además de una multa económica y la inhabilitación de uno a seis años.