A pesar de la afinidad que Marcelo Gallardo tiene con Nacional, club con el que fue campeón tanto siendo futbolista como entrenador, River fue invitado a participar de un evento histórico para un grande del continente americano. Peñarol inauguró su estadio y para celebrarlo, hubo un duelo rioplatense bastante interesante, con una inapelable victoria por 4-1 para los dueños de casa.
El Muñeco, quien recupera soldados pensando en el próximo duelo ante Patronato (el próximo sábado en Entre Ríos), hizo concentrar a un grupo de 20 jugadores que estuvo a disposición en Montevideo, y de hecho arrancó con el mejor material disponible. Pero mostró bajas significativas: no estuvieron Maidana (desgarro), Mammana (distensión), Mercado, Vangioni (con la Selección) y Pisculichi (preservado). Por eso, el estratega millonario se las tuvo que arreglar con una línea defensiva con poco rodaje, que sufrió demasiado.
Iban solamente 9' del primer tiempo y el Manya puso en peligro tres veces la valla de Marcelo Barovero, quien al instante abandonó el campo de juego muy dolorido, por un traumatismo intercostal del lado izquierdo. Sus compañeros nunca hicieron pie y el ingresado Julio Chiarini fue cómplice del primer tanto, producto de un largo rebote que Diego Forlán aprovechó para abrir la cuenta a los 20'.
Sin dejar tiempo para la reacción del conjunto visitante, Miguel Ángel Murillo se convirtió en el encargado de aumentar la cuenta en el 39', pero Nacho Fernández descontó a los 43' tras un centro de Andrés D'Alessandro para devolverle una porción de emoción a un encuentro que tenía solamente a un equipo conectado.
Ya planeado de antemano y más decidido todavía por lo sucedido con Barovero, Gallardo realizó cinco variantes de movida al incluir a Tabaré Viudez, Nicolás Bertolo, Lucho González, Sebastián Driussi e Iván Alonso, pero ninguno de ellos aportó soluciones. El Millo continuó por la senda de la impericia defensiva y la carencia de armas en ataque, a pesar de las ganas del punta charrúa (ex Nacional) de amargar a su antiguo clásico.
No venía nada mal un cotejo con carácter internacional para sostener el tono copero: el miércoles 6 de abril recibirá a The Strongest por la cuarta jornada del Grupo 1 de la Libertadores y puede llegar a encaminar la clasificación a los Octavos de Final. Pero Gallardo se llevó más preocupaciones de lo esperado.