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Patronato - Boca: La historia de Gustavo Alfaro como DT del Rojinegro

El entrenador Xeneize vuelve en lo más alto de su carrera a uno de los clubes de sus inicios, el Patrón. "Son muy lindos recuerdos", dijo el ex tecnico Santo. Desde las 20, su Boca va en busca de la primera victoria en la Superliga.

4 de Agosto de 2019
Alfaro regresa al Grella.
Alfaro regresa al Grella.

El Apertura 98 fue el comienzo de todo. O mejor dicho para Carlos Bianchi y la etapa más gloriosa de Boca. Aquel campeonato fue el primero de una larga lista que incluyó tres torneos locales más (Clausura 99, Apertura 2000 y 2003), tres Libertadores (2000, 2001 y 2003) y dos Intercontinentales (2000 y 2003). Curiosamente, en ese entonces y a unos 500 kilómetros de la Bombonera también nacía otra historia que hoy es muy importante para el club: Gustavo Alfaro llegaba a Patronato para continuar con una carrera que había comenzado en Rafaela y que llevaba apenas un puñado de partidos. Hoy, Lechuga, un admirador del Virrey, vuelve a Paraná donde comenzó a escribir buena parte de este cuento que esta noche alcanzará los 901 partidos dirigidos.

 

Para el entrenador de 56 años es como un ciclo que se cierra. Volver a uno de los lugares donde empezó a confirmar que no se había equivocado en colgar los botines a los 28 luego de cumplir sus metas con Rafaela ni tampoco en haber abandonado la carrera de ingeniería. Lo suyo era el fútbol, era un decisión tomada y también un deseo. El mismo que le prometió a su papá que cumpliría, llegar a lo más alto del fútbol, algo que hoy recuerda a cada vez que se pone el buzo de Boca. Esta noche regresa a la cancha donde alguna vez soñó con este presente. Y no es poco. Porque además dejó su marca en Patronato.

 

<b>"Estuvimos 16 fechas invictos y no pudimos ascender. Me tocó agarrarlo quinto de ocho equipos y así y todo terminamos ganando la Zona Final. Una muy linda campaña y un muy lindo recuerdo",</b> cuenta Alfaro junto a Olé. Aquel Patrón no encontraba el rumbo con Hugo Pedraza, en el viejo Argentino A. Tras su salida, la CD se decidió por un joven entrenador que venía de hacer ruido en su primera experiencia en Rafaela. <b>"Me acuerdo que llegamos tres punteros: estaban Villa Mitre, Gimnasia de Concepción del Uruguay y nosotros. Lamentablemente empatamos con Mitre, Gimnasia ganó y ascendieron",</b> agrega el DT.

 

 

 

Sin embargo, ese paso no fue un mal trago. Si bien fueron sólo seis meses (19 partidos, con diez victorias, ocho empates y apenas una derrota), esa etapa fue clave porque empezó a pulir su sello, lo que hoy ya es una marca registrada. <b>"Gustavo ya tenía una forma marcada de juego hace 20 años, que tenía que ver con mantener el orden y las estructuras",</b> dice Marcelo Fuentes, quien fue su ayudante de campo.

 

Ese Patronato tenía buena salida por los laterales, sobre todo por la derecha con Ramón Brítez, que había llegado de Huracán y siempre se sumaba a la mitad de la cancha. De hecho, tenía una contextura física similar a la Weigandt, el chico que hoy es titular por encima de Buffarini. Y los centrales, Sosa y Calvo, en tanto, eran altos y muy buenos cabeceadores, no por nada el primero convirtió ese domingo a la mañana ante Villa Mitre.

 

El mediocampo era lo mejor que tenía. Porque en Ibáñez el DT tenía el criterio con la pelota en los pies, lo que hoy va encontrando en Alexis Mac Allister. Después, Retamar era un 5 neto, que si bien no tenía la marca de Marcone o la dinámica de Nández en el retroceso, sí contaba con una buena capacidad para salir jugando hacia los laterales. Soto, aquel volante que el propio Lechuga había llevado a Paraná, no sólo sabía con la bocha al piso sino que además ayudaba en la contención y se sumaba a Retamar, Y finalmente, Marini era el enganche.

 

<blockquote class="twitter-tweet"><p lang="es" dir="ltr"><a href="https://twitter.com/hashtag/Alfaro?src=hash&amp;ref_src=twsrc%5Etfw">#Alfaro</a> en <a href="https://twitter.com/hashtag/Boca?src=hash&amp;ref_src=twsrc%5Etfw">#Boca</a> solamente perdió 3 partidos de 30, es decir que pierde 1 cada 10. <a href="https://t.co/Qb4wQY7oHo">pic.twitter.com/Qb4wQY7oHo</a></p>&mdash; BJ_Informacion (@BJ_Informacion) <a href="https://twitter.com/BJ_Informacion/status/1156951357536067584?ref_src=twsrc%5Etfw">August 1, 2019</a></blockquote> <script async src="https://platform.twitter.com/widgets.js" charset="utf-8"></script>

 

Si bien Claudio González era delantero, no era una novedad verlo arrancando por la derecha como hace Villa, llegando al fondo y tirando el centro atrás. Ya en el 98 el DT comenzaba implementar esta idea de "lateral-volante" que usa con el colombiano y que ahora hará con Salvio. Y por último, Trincheri era el Wanchope: se llevaba la marca puesta, potencia pura.

 

<b>"Gustavo siempre fue una persona inteligente y esa inteligencia la usó positivamente para cada paso que fue dando en su carrera y en su vida. Siempre fue una esponja tratando de absorber conocimientos",</b> explica Fuentes. Y agrega: <b>"Alfaro fue creador de su forma y eso marca que fue consecuente con lo que nosotros veíamos hace más de 30 años. Fue inteligente como jugador y proyectó una carrera tremenda como entrenador que hoy lo tiene en uno de los equipos más grandes del mundo".</b>

 

Alfaro empezó a consolidar a sus equipos. Lo hizo en Patronato, pero también en el Rafaela, donde peleó el ascenso al Estudiantes, y con el Quilmes que finalmente logró subir a Primero. A partir de ahí, hubo dos premisas para él: solidez y criterio con la pelota. En una carrera que inició hace más de 20 años y que pegó toda la vuelta hasta llegar a esta noche, cuando saldrá a la humilde cancha de Patronato como entrenador del club más popular de todos.

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