Con solamente 20 años, caminó desde la mitad de la cancha hacia el punto de penal, agarró la pelota y empató la serie de penales por las Semis de la Libertadores 2004, en el Monumental y ante un estadio repleto de hinchas de River. Pablo Álvarez quedó marcado a fuego en Boca por ser uno de los intérpretes que calló a todo River y dio el pase a la final de la Copa al conjunto de Carlos Bianchi, aunque después no se podría coronar ante el Once Caldas colombiano.

En el medio, mucha agua pasó debajo del puente: jugó en Estudiantes de La Plata y militó desde 2008 hasta la última temporada, en el Catania italiano (estuvo a préstamo en Rosario Central y Zaragoza de España). Se entrenó con el Queens Park Rangers inglés, pero finalmente no fue adquirido y está libre, con ganas de volver al país y triunfar con un club de Argentina.

"Es algo que tengo pendiente. Con Boca vengo hablando hace rato, me gustaría volver", dijo el lateral de 30 años, que fue sondeado también por el Millonario, Rosario Central y Racing. ¿Quién se quedará con sus servicios? Todavía es una incógnita, aunque él manifestó en Radio Mitre que "me llena de orgullo que me quieran acá y mi idea es quedarme. Lo económico en este momento lo dejo de lado, vuelvo por la gloria y para ganar cosas importantes".

La idea de Álvarez es firmar antes del 2 de enero para comenzar desde cero la pretemporada con alguno de los equipos en cuestión, pero al mismo tiempo aseveró: "Estoy óptimo desde la parte física, jugué seis años en una de las ligas más importantes del mundo y puedo pelearle el puesto a cualquiera". River es una opción firme y no la descarta: "No tendría problemas".