Desde lo anímico, el plantel vuelve a recibir un golpe difícil de asimilar, apenas tres meses después de la dolorosa eliminación en la Bombonera frente a Independiente del Valle, por las semifinales del torneo continental más importante a nivel clubes de América. La de anoche era una enorme posibilidad para que varios integrantes de este equipo demostraran para qué están. Pero la desaprovecharon. Tras un primer tiempo muy flojo de Tevez, Pavón, Bentancur y Centurión, el equipo reaccionó recién después de los goles rosarinos. Pero no alcanzó.
Central tuvo su revancha. Con el triunfo, no sólo se clasificó a las semifinales, donde enfrentará a Belgrano, sino que además se quitó una espina que tenía clavada muy adentro desde hace un año. Y salvo por una mano de Gissi en el área de Central que consideró casual, y de la amonestación tardía a Pablo Pérez y una falta de Villagra por la que bien podría haber recibido la segunda amonestación y, por consiguiente, la roja, el árbitro Patricio Loustau salió airoso de un compromiso complicadísimo.
Para Boca, el futuro es complejo. En el plano local, la posibilidad de consagrarse campeón es lejana. El fútbol argentino recién consagrará a un nuevo monarca en junio de 2017. Y el panorama es aún más desalentador en el plano internacional, ya que recién podría volver a competir en el exterior en 2018.
El calendario, y los desafíos, también atentan contra las ilusiones del máximo ídolo que tiene el club de la Ribera en la actualidad. Carlos Tevez regresó a Boca con el objetivo de volver a levantar la Libertadores. Y, de concretarse, eso recién podría darse a fines de 2018, de acuerdo al nuevo formato de competición. Hasta entonces pasarán 25 larguísimos meses. Así las cosas, el Apache seguramente se replanteará si tiene sentido seguir adelante, o si el retiro a fin de año vuelve a aparecer como una posibilidad real.
Esta nueva eliminación vuelve a focalizar las miradas en el accionar de la dirigencia que conduce Daniel Angelici. El de anoche es un nuevo Boca perdió protagonismo en el plano internacional. Y el asunto toma más magnitud si se considera que hasta aquí al plantel lo condujeron cuatro entrenadores (Falcioni, Bianchi, Arruabarrena y Guillermo) y el club invirtió 60.000.000 de dólares en más de 70 incorporaciones que, en su mayoría, no rindieron. La derrota ante Central también golpea las finanzas. A la tesorería del club no ingresarán ni el 1.700.000 pesos que implicaba un triunfo anoche, ni los 5.284.000 pesos que hubiera tenido como premio económico si alzaba otra vez la Copa Argentina. Y la entidad de la Ribera también se pierde la posibilidad de recibir al menos 2.500.000 dólares pos su hipotética participación en la primera fase de la Libertadores 2017.
El último eslabón en la cadena de responsabilidades es el cuerpo técnico. Algunos podrán decir que los Mellizos equivocaron el planteo o que hicieron mal un cambio, pero eso sería opinar con el diario del lunes y quedarse sólo con eso sería el exponente máximo del resultadismo más puro. Lo cierto es que esta conducción, que anteayer cumplió 8 meses, recibe un nuevo golpe. Una nueva frustración. Porque la Copa Argentina era el único objetivo que tenía Boca para este semestre.
fracaso deportivo de su gestión, que en cinco años logró un torneo local y dos Copas Argentina. La cosecha no sería magra, sino fuera porque la apuesta real, la grande, la que todos desearon incluso desde la campaña de 2011, era volver a Japón. El saldo es lapidario: en el último lustro,
A Boca se le viene una seguidilla intensa en el campeonato local, donde el xeneize está tercero, a 7 puntos de Estudiantes. Serán Gimnasia LP (V), de nuevo Central (L), San Lorenzo (V), Racing (L), River (V) y Colón (L), antes del receso, y serán los Mellizos Barros Schelotto los que tendrán que volver a motivar al plantel y convencerlos de que esta esta derrota dejará un aprendizaje y que esta etapa de transición y construcción tendrá resultados satisfactorios en un futuro cercano.