Un reciente estudio publicado en la revista Neuron podría revolucionar el tratamiento del Alzheimer. Liderado por la científica turca Pinar Ayata, revela que la microglía oscura, una variante celular asociada a la enfermedad, produce lípidos tóxicos que dañan las neuronas.
Un descubrimiento con raíces históricas
La microglía fue descubierta en 1918 por el español Pío del Río Hortega, quien identificó estas células como el sistema de limpieza del cerebro. Décadas después, en 2016, la neurocientífica canadiense Marie-Ève Tremblay detectó una variante, la microglía oscura, en pacientes con Alzheimer. Sin embargo, su papel en la enfermedad era un misterio hasta ahora.
El nuevo estudio demuestra que inhibir la liberación de lípidos tóxicos en modelos animales previene la neurodegeneración, lo que representa un posible objetivo para desarrollar fármacos que ralenticen o incluso reviertan la enfermedad.
Un futuro esperanzador
Amanda Sierra, experta del Centro Vasco de Neurociencia, resalta que este hallazgo abre una vía terapéutica inexplorada. Aunque el papel exacto de la microglía en el Alzheimer aún no está completamente claro, este avance ofrece esperanza para los 40 millones de personas que padecen la enfermedad en el mundo.
Por su parte, el biólogo belga Bart De Strooper, figura clave en la investigación del Alzheimer, elogia los resultados pero subraya que se necesitarán años de estudios para comprender a fondo el impacto de este mecanismo en la neurodegeneración general.
El hallazgo reafirma la importancia de entender la microglía como una célula con un doble rol: proteger y, en algunos casos, dañar el cerebro. Este avance podría marcar un antes y un después en la lucha contra el Alzheimer. (La Nación)