La hora de la verdad había llegado. La gloria o el fracaso. A todo o nada se presentaban Nueva Chicago y Gimnasia de Jujuy en el estadio Juan Domingo Perón de Córdoba (la casa de Instituto), en lo que significaba el cierre del triangular de la B Nacional que entregaba el último de los diez boletos a Primera División -el anterior se lo quedó Aldosivi-. Mientras a los de Matadores les alcanzaba ya con un empate para quedarse con el pasaje (como consecuencia de la igualdad inicial con los marplatenses), los de Jujuy necesitaban sí o sí sumar de a tres por haber perdido contra dicho adversario.

Así, a sabiendas de que no había lugar para el traspié, saltaron los elencos al campo de juego. Aunque fueron los del Norte quienes insinuaron salir más encendidos, fue el Torito en primero en golpear. Apenas siete minutos se llevaban disputados cuando apareció su símbolo, Christian Gómez, para sacar provecho de la primera situación y mandar el balón al fondo de la red, previo desvío en la defensa jujeña.

Fue a partir de ese tanto que los dirigidos por Labruna comenzaron a justificar el triunfo parcial. Tras un gol anulado a Martinena (siendo esta prácticamente la única llegada del Lobo), Gomito continuó poniéndose el equipo al hombro y fue transformándose en el gran responsable de la hazaña -contando incluso con un remate en el travesaño y un tiro libre que se fue rozando el arco-. Lo cierto es que no hubo tiempo para más y la primera mitad se esfumó con la mínima ventaja a favor de un Chicago que ya se animaba a soñar a lo grande.

El complemento estuvo prácticamente demás. Si bien los de Mataderos dilapidaron varias ocasiones que podían hacer que terminara sufriendo más de la cuenta, los de Jujuy jamás hallaron la claridad ni las ideas necesarias como para poder doblegar a su rival. La más clara de la etapa la tuvo Matías Escudero perdiéndose el gol solo de cabeza abajo del arco (estrelló la redonda en el palo).

Pero aunque no pudo liquidarlo antes, el tanto de su gran ídolo le bastó para concretar la tan ansiada vuelta a la elite del fútbol argentino luego de siete años. Ese mismo Gomito que hace poco más de siete meses atrás (el 17 de mayo) le daba al Torito el otro ascenso (de la B Metro al Nacional).