El museo de maquinarias agrícolas antiguas de María Grande atesora parte de la historia de la agricultura argentina. Así lo definió a Elonce uno de sus impulsores, Ángel De Angeli, quien en el marco del micro Espejo de mi Tierra dio cuenta de los orígenes y lo que significa el rescate de ese pasado para los productores de la región.
“En 2004, cuando María Grande cumplió 100 años, la Federación Agraria y la Sociedad Rural decidieron rendirle homenaje a los productores y vecinos de la zona; y en una exposición, surgió la idea de traer algunas herramientas viejas para mostrarlas y luego se propuso darles vida, darles color e identidad”, repasó De Angeli. De acuerdo a lo que rememoró, en ese momento, la respuesta fue que, antes, las máquinas eran todas arrumbadas. “Pero eso vieron ustedes, porque nuestros abuelos siempre contaron que tenían color”, fue la rápida réplica del productor.
De Angeli explicó que fue así como se comenzó a investigar sobre los colores, las marcas, a quiénes pertenecieron y de quién fue la gentileza “porque no solo las traían para mostrarlas, sino que las donaban para que las cuidemos”.
“Teníamos una trilladora de parva, una John Deere de 1908 y el desafío era ponerla en marcha, después, hacerla trillar, y lo logramos”, contó orgulloso el coordinador del museo.
Y continuó: “Ronald Garnier, el presidente de la Sociedad Rural de La Paz, nos donó una Case de 1917 que había comprado; nos llevó más de mil horas hombre para restaurarla, la pusimos en marcha y la hicimos trillar”.
A la fecha, el museo cuenta con 174 herramientas restauradas, desde una máquina de coser hasta una cosechadora de 1977, que es la maquinaria más nueva del parque.
“Tenemos dos trilladoras de parva, tres corta y trilla, de las cuales, una es de marca nacional y son de la década del ´20 y el ´30; cosechadoras del 1957 y una que pertenecía al bisnieto del General Urquiza; otras maquinarias que llegaron desde San Francisco, Córdoba. También contamos con 10 cosechadoras restauradas, siete por restaurar y otras cuatro para traer; cuatro tractores restaurados de marcas Case y John Deere, y un Pampa que fue el primer tractor argentino que se fabricó en el ´52; además de arados, sembradoras, desgranadoras de maíz a mano, motores estáticos para sacar agua”, detalló De Angeli. Y reveló: “El broche de oro que nos estaría faltando es el tractor a vapor para decir que en este museo está la historia de la agricultura argentina”.
Consultado sobre lo que genera el museo, este confesó que siente “mucha nostalgia al ver a los productores cuando les cuentan a sus nietos cómo trabajaron en estas maquinarias”. “Es un dolor bueno que hace recordar tantas cosas y no deja de sorprender la cantidad de gente de distintas provincias que viene a visitarnos”, recalcó.
El museo es la institucionalización de la tradicional muestra de maquinarias antiguas, propia de la Exposición Rural que se realizó por primera vez en la localidad en 1966.
En relación a esa expo, De Angeli contó que “el domingo se repartan hasta 800 litros de mate cocido en jarro y con una galleta, como se hacía antes; además de un trago de caña en botella forrada con bolsa de arpillera”.
“Los nietos les dicen a los padres `tenés 80 años, no podés tomar esto´, pero ellos responden `déjame porque con esto vivo diez años más´. Y es algo muy emotivo”, resumió el productor. (Elonce)