Los 28 años encuentran a Messi en un gran momento, a todo nivel y con 100 partidos jugados con la camiseta argentina. "Llego con mucha más madurez. Voy creciendo, pasan los años, uno es más grande y va aprendiendo. En lo personal me siento muy feliz, muy bien, muy tranquilo con mi familia", resumió cuando pisó Chile.
Messi pudo además quebrar la sequía de goles que arrastraba desde 2007 en la Copa (marcó de penal ante Paraguay), pero en los siguientes dos partidos erró las pocas oportunidades que tuvo.
Pero nada lo detiene rumbo a su máximo objetivo. "Ojalá consigamos la Copa que tanto deseamos y tanto nos cuesta", expresó "el Enano", como le dicen varios de sus compañeros. Ya más cerca de los 30, Messi realizó este año un profundo cambio. Golpeado por las lesiones que no le permitieron llegar al Mundial en su mejor nivel y por una caída de su rendimiento, decidió acudir al médico nutricionista Giuliano Poser. Le cambió la dieta, le quitó los hidratos y las carnes rojas. Los rasgos del rostro de Messi se afinaron aún más al reducir la grasa corporal, y recuperó la velocidad y la reacción que lo distinguieron. Sin lesiones.
A esto se sumó la tranquilidad de su entorno familiar. El astro se animó a revelar su intimidad en las redes sociales, donde confirmó la llegada de su segundo hijo.
El nuevo heredero se llamará Benjamín, el mismo nombre que le puso su íntimo amigo Sergio Agüero a su hijo. Messi y Agüero comparten, como siempre, el cuarto en la concentración. Amigos en la vida y socios en el gol, pueden ser la llave que guíe a la Argentina a su primer título, 22 años después de conquistar la Copa América 1993.