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Martita Fort: "Me veo haciéndome cargo de la fábrica de chocolates familiar"

Martita Fort habló sobre su futuro en la fábrica de chocolates familiar, destacando que en algún momento se verá al mando del negocio. Además, reveló que junto a su hermano Felipe planean rendir homenaje a su padre con nuevos productos.

17 de Noviembre de 2024
Martita Fort Archivo

A sus 20 años, Martita Fort ha dejado atrás aquella niña tímida que se divertía junto a su hermano Felipe mientras su padre, Ricardo Fort, brillaba en los escenarios y las cámaras. Hoy, convertida en una joven decidida y llena de proyectos, Martita habló de todo en una entrevista exclusiva: su deseo de incursionar en la actuación y la música, su rol en la empresa familiar de chocolates y el inmenso amor por su papá, a quien considera su "ángel de la guarda".

 

La nueva Martita: sueños y desafíos

 

“Quiero empezar a estudiar actuación y adentrarme más en la música”, revela Martita, quien actualmente forma parte del scouting de Multitalent Agency y da sus primeros pasos en el modelaje. Con una clara vocación artística, la hija de Ricardo Fort está lista para forjar su propio camino en el medio, aunque no olvida su conexión con la empresa familiar: la fábrica de chocolates. “A los 18 tuvimos que involucrarnos más con la fábrica. En el futuro, me veo haciéndome cargo de la fábrica, pero no sería mi única ocupación. También quiero seguir mi carrera artística”, asegura, destacando que con su hermano Felipe planean lanzar un producto en homenaje a su padre.

Martita Fort

El recuerdo de su padre y el legado de "El Comandante"

 

A pesar de que han pasado más de 11 años desde la muerte de Ricardo Fort, su presencia sigue intacta en la vida de Martita, quien recuerda a su padre como una persona honesta, sensible y llena de energía. “Vivía para sus fans, para la gente. Siempre estaba lleno de ideas y disfrutó mucho de la fama, aunque fue breve”, cuenta emocionada. Para ella, Ricardo siempre está cerca, ya sea en sueños o a través de señales. “Siempre que le pedí algo, lo recibí. Lo siento como mi ángel de la guarda”, explica, revelando que a menudo recurre a él en momentos de incertidumbre.

 

Martita recuerda con cariño los años que pasó junto a su padre, viviendo en medio de cámaras y luces. “Mi vida no era normal comparada con la de mis amigos. Quería tener una vida más tranquila, pero mi papá era famoso y eso nos marcó”, admite, al recordar cómo, de pequeña, tenía que esconderse para ir a la playa o cómo los paparazzi seguían a su familia a todas partes. Sin embargo, a pesar de la presión, Martita también guarda momentos de diversión y alegría, como sus cumpleaños temáticos que su papá organizaba.

 

La relación con Felipe: amor, peleas y complicidad

 

Como todo hermano, Martita tiene una relación de amor y odio con Felipe, pero más allá de las típicas peleas familiares, es claro que se apoyan mutuamente. “Él es mi persona de confianza, aunque a veces se pase de lengua. Nos cuidamos mucho, tenemos la ubicación en tiempo real por las dudas”, dice entre risas, y agrega que disfruta pasar tiempo en casa con él y sus amigos. A pesar de su carácter protector, Martita reconoce que Felipe, al igual que ella, tiene derecho a tomar sus propias decisiones.

El futuro prometedor de la joven

La familia y la fábrica: un futuro compartido

 

Aunque su pasión por el arte y el modelaje sigue creciendo, Martita no descarta su rol en la empresa de chocolates familiar. De hecho, junto a Felipe está pensando en cómo expandir el negocio, con la idea de rendir homenaje a su padre mediante nuevos productos. “En algún momento, me veo involucrada en la fábrica, pero también tengo mi carrera. No quiero que sea mi único trabajo, aunque siempre estaré al tanto de todo”, dice con determinación.

 

Sobre su relación con el negocio familiar, Martita revela que no es una gran consumidora de chocolate, aunque sigue siendo parte fundamental de su vida. “En casa de herrero, cuchillo de palo. Felipe es el que más come chocolate, yo ya no tanto. Pero el chocolate sigue siendo parte de nuestra identidad”, comenta con una sonrisa.

 

Reflexiones sobre su padre y el legado

 

Martita también se muestra agradecida por el amor que los fanáticos de Ricardo Fort siguen brindando a su papá, incluso años después de su muerte. “Me llegan mensajes lindos y fotos de gente que lo conoció, anécdotas. Me sorprende que después de tantos años, la gente siga recordando tanto a mi papá”, confiesa, mientras destaca el carácter auténtico de su padre, que no era un personaje en televisión, sino que vivía de manera genuina tanto en su vida privada como pública.

 

Sobre su futuro, Martita sueña con un equilibrio entre su carrera artística y su rol en la familia, y no descarta contar su historia junto a Felipe en una posible serie que explore la vida de los Fort. “Sería interesante contar nuestra historia desde nuestra perspectiva, ver qué opina Felipe, pero a mí no me molesta para nada”, comenta.

 

Un futuro con mucho por vivir

 

Si bien Martita es consciente del peso de su apellido, está decidida a seguir sus propios sueños. “Mi vida va más allá de ser hija de Ricardo Fort, aunque siempre va a estar presente. Lo que más valoro es haber vivido con él y haber disfrutado de la vida que me dio, que fue muy rica en experiencias”, concluye con una reflexión sobre el legado de su padre.

Así, Martita Fort avanza con firmeza hacia su futuro, construyendo su propia identidad en el arte, la música y los negocios, mientras mantiene viva la memoria de su papá, que sigue siendo una inspiración y un pilar fundamental en su vida. (La Nación)

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