Una vez que el juez pitó, la alegría invadió a Marcelo Gallardo. El entrenador que lleva apenas seis meses en el banco de suplentes riverplatense, y que hace apenas un puñado de semanas perdió a su mamá, se emocionó hasta las lágrimas sin ninguna intención de evitarlo.
"Solo quiero decirle 'gracias' a los jugadores, interpretaron desde un primer momento cómo había que jugar, se brindaron en un cien por cien para el equipo y hoy lograron esto", dijo a la prensa intentando resumir su poco tiempo de trabajo, y siguió: "Me siento muy orgulloso por haberme iniciado en este club, donde también crecí como persona, y ahora, desde otro lugar, poder vivir esta alegría es algo inmenso", llegó a decir antes de que la emociónlo venciera.
"Se lo quiero dedicar a mi vieja", fueron las últimas palabras que lanzó antes de romper en llanto y abrazar al periodista Titì Fernández.
EL RÉCORD
Marcelo Gallardo tomó las riendas de River. Llegó al club luego de un proceso exitoso de Ramón Díaz, que había obtenido la corona en el certamen doméstico. De a poco el Muñeco le fue metiendo su impronta al equipo que terminó por ser el gran animador del semestre. De su mano, el Millonario recuperó la galera y el bastón, y empezó a: ganar, gustar y golear. a punto tal que lo metió en la historia grande de la institución.
Con el título obtenido esta noche, Gallardo quedó como único campeón en una competencia internacional como entrenador y jugador.
Con Ramón sentado en el banco de suplentes, el entonces enganche conquistó la Supercopa de 1997, el 17 de diciembre, y cuatro días después el tricampeonato doméstico en una época dorada de la entidad de Núñez. En ese histórico y brillante River estaba el Muñeco, quien también había festejado la Copa Libertadores en 1996.
Desde allí, en estos 17 años, River no volvió a ganar ninguna competencia internacional, cuestión que Gallardo resolvió en apenas seis meses de mandato.