Manchester City caía desde el vestuario ante Crystal Palace gracias al tanto de John Stones, en contra, y al de Joachim Andersen, por la cuarta fecha de la Premier League. Pero en el complemento Bernardo Silva descontó y Erling Haaland, con su primer hat-trick, puso el 4-2 para la victoria de los de Pep Guardiola. En el segundo tiempo ingresó desde el banco Julián Álvarez, quien no pudo convertir pero se acopló bien al ataque de los Ciudadanos.
A los cuatro minutos, Stones fue el autor del primer tanto pero en contra. La pelota, se paseó por todo el área y terminó rebotando en la rodilla del central del City. Nadie la peinó, nadie despejó. Fue un cúmulo de despropósitos que provocó el 0-1. El City, dominador absoluto de la posesión, no lograba encontrar el camino hacia el arco de Vicente Guaita. De hecho, no disparó ni una sola vez entre los tres palos, mientras que el Crystal Palace rentabilizó sus únicas dos opciones. La segunda, volvió a destapar las falencias de la defensa Citizen, que volvió a desmoronarse en un córner que remató Andersen a la red.
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Con ese 0-2, el City se marchó al vestuario con la necesidad de revolucionar el choque en los segundos 45 minutos. Entonces, Silva, el mejor hasta el momento, puso una marcha más para erigirse como el líder de la revolución. El mediocampista portugués reactivó a su equipo a los pocos minutos del complemento con un disparo desde fuera del área con el que el City redujo distancias y desató la tempestad en el Etihad Stadium. El tanto espoleó a los hombres de Guardiola y acabó con el orden del Crystal Palace, que finalmente acabó arrodillado.
Haaland, desaparecido en combate y enredado entre tanto defensa, dio señales de vida en la última hora. Su voracidad es incontestable. Y lo demostró tres veces. Primero, para rematar un centro de Phil Foden a los 62 minutos; después, en el 70, hizo el segundo tras jugada de futsal iniciada por Silva que remató a placer tras una asistencia de Stones.
Entonces, el Crystal Palace, noqueado, adelantó sus líneas y se fue a por el empate. Haaland, con espacios, olió la sangre. A la carrera, es imbatible. Y, como era de esperar, tuvo su oportunidad para mostrar su zancada. El lanzador fue Ilkay Gündogan, que dio un pase al hueco medido al noruego. No falló ante Guaita, firmó su triplete y, junto a Silva, provocó la reacción de un equipo que parecía muerto después de unos primeros 45 minutos erráticos.