La decisión ya está tomada: Luis Miguel Rodríguez no jugará más en Colón de Santa Fe. El futbolista aseguró que quiere marcharse del Sabalero, al que arribó en 2019 proveniente de Atlético Tucumán, en este mercado de pases y ya se lo hizo saber a la dirigencia y al entrenador Eduardo Domínguez.
Por este motivo, el Pulga le hizo un pedido público a José Vignatti, el presidente del conjunto santafesino. "Le pido a José que me deje salir por la misma puerta grande que entré hace dos años a Colón. Me vine de Tucumán para salir campeón con Colón, lo dejé todo, falté sólo un par de partidos y siempre jugué. Nunca puse ninguna excusa. Me gustaría la despedida al lado de Vignatti en una rueda de prensa, así le puedo agradecer a todos, fundamentalmente a la gente", manifestó el delantero que con el Sabalero disputó la final de la Copa Sudamericana 2019, que perdieron ante Independiente del Valle.
"Yo no creo que a Colón le sirva pagarme el sueldo para verme trotar alrededor de la cancha hasta junio. No le va a servir al club, al técnico, al grupo ni a mí", agregó, en una entrevista con El Litoral, el futbolista que tiene contrato hasta junio de 2021 con el club.
Por su parte, Rodríguez aclaró que su decisión se debe a que ya no tiene ganas de seguir, una cuestión estrictamente personal. "Sería una falta de respeto que Vignatti me pida que deje un dinero, yo tengo 36 años, a mí no me va a comprar el PSG. Yo resigné el 15 porciento de mi bolsillo. No es que me quiero ir porque tengo un pre-contrato en otro lado. Capaz me voy de Santa Fe y me quedo en Simoca sin hacer nada. No tengo energía, di todo lo que tenía para salir campeón y no se dio. Mi cabeza ya está en otro lado", explicó, y luego añadió: "Mi mujer está muy cómoda en Santa Fe. Ayer me preguntó por qué nos tenemos que ir ya de acá y le dije que mi cuerpo está acá, pero la cabeza ya está en otro lado, ya no está más en Colón".
Por último, el atacante tucumano elogió a Domínguez, el actual DT del Sabalero. "Vino antes de arrancar el campeonato y me dijo que no iba a jugar mucho. Pero vino de frente, sin vueltas, es un señor. Me preguntó qué quería hacer, por si quería buscarme club. Le dije que quería pelearla, acepté la decisión. Me quedé, fui al banco, entré, llegaron los goles y después de cada partido nos abrazamos fuerte con Eduardo. Colón tiene un DT que vale oro, se va a la siesta a entrenar con los juveniles y vive laburando", confesó el hombre cuyo futuro por ahora es una incógnita.