A Gago le llegó ese momento que tanto esperó, ese con el que soñó cada uno de los 136 días que pasaron desde que cayó tendido en el césped del Monumental. Ya no hay rastros de la lesión en el tendón de Aquiles izquierdo que sufrió el 13 de septiembre pasado, en el Superclásico en el Monumental, y llegó el tiempo de volver a la cancha, por eso ingresó a los diez minutos del segundo tiempo, cuando Boca ya perdía 2 a 0 Y recibió un patadón.
"Todo depende de cómo esté el partido, pero la idea es sumar unos minutos", avisó un ratito antes de que comience el amistoso contra Estudiantes, el cuarto de Boca en la pretemporada. El Vasco no quiere apurarlo, sabe que viene de una lesión complicada, jodida, y que le llevará un tiempo recuperar el ritmo. Pero también es consciente de que debe darle minutos. Justamente por eso le dio más de media hora de fútbol. Ingresó en lugar de Carrizo y al toque recibió una fuerte entrada de Ascacibar.
"Hubo momentos difíciles, por eso quiero disfrutar de este momento", dijo Pintita, que, volviendo atrás, cuenta que "desde que me lesioné trabajé para no tener miedo". Igual, y pese a que se sienta bien, avisa que no sabe si viaja a Mendoza para el último Superclásico de verano: "Las ganas de jugar siempre están, no es lindo mirar desde afuera. Pero hay que llevarlo de a poco, tengo que estar cómodo adentro de la cancha".