Cabeza de Bronce tiene este equipo de Los Pumitas. Sólido en defensa, efectivo para aprovechar cada chance de sumar puntos y muy pero muy duro mentalmente. Así hizo historia. Empezó mal, perdiendo 12-0 contra los Baby Boks, y terminó sometiendo como nunca pudo un conjunto argentino a un sudafricano.
Fue 49-19. Sí. ¡30 puntos de diferencia! Encima con ese comienzo adverso. Como ya les sucedió varias veces en este Mundial Juvenil. Así fue contra Japón, así fue contra Francia y también contra Sudáfrica, cuando les ganaron en primera ronda. Quedó la bronca tras la caída del lunes contra Irlanda, y flor de desquite tuvieron.
Con el hattrick, y el liderazgo, de Juan Cruz Mallía, más las patadas de un infalible Domingo Miotti que sólo erró la última conversión cuando sus compañeros lo esperaban para festejar este hito. Con la potencia de un tremendo pack de forwards encabezado por Gaspar Baldunciel y Marcos Kremer, un guerrero que pronto jugará en Los Pumas.
Así, los chicos argentinos lograron un triunfo espectacular. Se fueron abajo 19-14 al entretiempo pero mostraron un temple bárbaro para golpear varias veces a un duro rival luego y no dejarlo jugar. Porque Sudáfrica no pudo hacer puntos en el complemento, indica A Pleno Rugby.
Y Los Pumitas, sí. Mallía había apoyado las dos conquistas del primer tiempo. Luego llegaron los tries de Mariano Romanini, Baldunciel, Facundo Domínguez y el último del capitán, en tiempo cumplido, buscando más de lo que ya había, para consagrarse en el podio del Mundial Juvenil.
Por primera vez, con todas estas cualidades, un equipo argentino se mete entre los tres mejores del torneo desde que se unificó la categoría en Menores de 20 años. Como en 2012, con Santiago Cordero y Pablo Matera, llegaron a semifinales. Pero esta vez, la última actuación, fue consagratoria.