En tiempos de descontextualizaciones frecuentes, es difícil que un futbolista se saque el casete. Frente a los micrófonos, la gran mayoría opta por decir lo mínimo e indispensable, frases hechas, sin embarrar su imagen con polémicas y controversias. El entrerriano Lisandro Martínez, la joyita que atravesó una infancia complicada y sueña con volver a la Selección Argentina, es la excepción a la regla y exhibe sus ideales a flor de piel.
"Digo lo que pienso y lo que siento. Y vivo la realidad", aseguró el acutal integrante del plantel del Ajax de Holanda, quien agregó: "Creo que todos somos iguales. No nos diferencia el trabajo que hacemos. Intento informarme, saber lo que pasa. Muchas veces hablamos sin saber y eso está mal. Con mi novia, con la que somos muy parecidos, tenemos mucha empatía por las personas. Y soy frontal".
A menudo se lo ve al oriundo de Gualguay involucrado en causas sociales (derechos humanos, aborto y feminismo) sin que le pese la opinión del resto: "Hay gente que me dice que me cuide con las cosas que digo, pero yo no milito en ningún partido político. Solamente me interesa estar cerca de la gente que lo necesita. Y, como a nosotros nos sigue mucha gente futbolera, quizás con un mensaje podemos ayudar".
<blockquote class="twitter-tweet"><p lang="es" dir="ltr">Hablo de política porque quiero y puedo, vivimos en democracia y mi realidad no tiene absolutamente nada que ver con la realidad que está viviendo la mayoría de la población Argentina. Tengo empatía y me informo, es mi punto de vista +</p>— Lisandro Martinez (@LisandrMartinez) <a href="https://twitter.com/LisandrMartinez/status/1181280945934147584?ref_src=twsrc%5Etfw">October 7, 2019</a></blockquote> <script async src="https://platform.twitter.com/widgets.js" charset="utf-8"></script>
Como sucede con infinidad de chicos del país que integran la élite del fútbol, el Carnicero, como lo apodaron los hinchas del conjunto holandés, relató que en su niñez no sobraba el plato de comida en la mesa: "Mis padres trabajaban en distintos colegios en el sector de limpieza. Al principio, costó. Yo era chico, pero me acuerdo: mi viejo se fue dos meses al sur a ver si conseguía trabajo. Y después volvió. Somos una familia grande y vivíamos todos en la casa de mi abuela. Para mí, en esa época, era una costumbre comer solo al mediodía y después tomar un té como un poco de pan o galletas por la noche. Lo veía como normal. Pero era feliz".
Además, el gualeyo, quien de joven se desempeñaba como enganche y le costó hacer pie en las inferiores de Newell´s, contó cómo repercutió su arribo a Defensa y Justicia: "Cuando se habla de que un club es una familia, en Defensa es el claro ejemplo de eso. Te tratan como si fueses un hijo. Sos feliz. Te dan todo. Hacen todo para que el jugador piense solo en disfrutar el deporte". Y aportó: "Llegué convencido de mí mismo y de lo que puedo dar. Vine a jugar. Quería luchar mi puesto y gracias a Dios me lo gané".
Su gran desempeño en el Helcón de Florencio Varela depositó a Licha directamente a Holanda, un sitio al que costó habituarse en un primer tiempo: "Las primeras tres semanas, la pasé horrible. Es totalmente distinto. Otra intensidad, otros controles. Otros pases. Otra lectura de juego. Al principio me daban ganas de irme a llorar a mi casa. Me sentía mal. Yo soy un jugador que me gusta tener el balón, pero cuando me jugaban a un toque o dos toques rápidos, me mataban. Era increíble cómo llegaba tarde".
Por último, el polifuncional jugador, que mira a Sergio Ramos y Joshua Kimmich, se refirió a una posible vuelta al Seleccionado Argentino: "Es mi objetivo y voy a hacer todo lo posible para estar ahí. Pero eso es para todos igual, primero hay que hacer bien las cosas en tu club. Tengo confianza y estoy muy enfocado". Y cerró, colmando de elogios a Lionel Messi: "Un crack con todas las letras. Tiene una humildad increíble. Es sencillo. Muchas cosas buenas. Es cercano, tranquilo, líder. La verdad es que es un fenómeno".