Costó, se luchó, pero al fin y al cabo se ganó, y eso es lo que importa en un clásico. Lanús una vez más se hizo dueño del Sur, como hace apenas 15 días atrás, cuando por idéntico 2-0 se había cargado a Banfield.

Se sobrepuso a la expulsión tempranera de Marcone, luego al penal atajado por Hilario Navarro sobre Sand y finalmente lo ganó a puro lujo, con una vaselina de Almirón liquidando el pleito.

Sin embargo, hay que entregarle un reconocimiento especial a Víctor Ayala, encargado de darle el puntapié de la victoria al Grana. Un minuto antes Banfield se había quedado con diez por roja a Erviti y, ya diez contra diez, el paraguayo sacó un bombazo de otro planeta para estampar el 1-0.

El Taladro, tibio, ni siquiera amagó con ir a buscar el empate. Así, sobre el cierre llegó el otro lujo, el de Almirón, que se escapó en velocidad cuando el reloj marcaba el tiempo suplementario y se la picó a Navarro.