Si bien Claudio Tapia, presidente de la Asociación del Fútbol Argentino, había anunciado a mediados de junio que la vuelta a los entrenamientos en el fútbol argentino sería cuando todo el país haya pasado a la Fase 4 de la cuarentena en la batalla contra la pandemia de coronavirus, la decisión de CONMEBOL de ponerle fecha a la reanudación de la Copa Libertadores obligó a apurar todos los planes, descartado el pedido realizado al organismo sudamericano de postergar los compromisos que involucran a los clubes que nuclea.
Son cinco los equipos argentinos que disputan el certamen continental: Boca, River, Racing, Defensa y Justicia y Tigre ya tienen programados sus partidos de la tercera fecha de la fase de grupos para el jueves 17 de septiembre. Ante esta situación, desde Viamonte apuraron las gestiones para conseguir la aprobación del protocolo sanitario y, luego, Claudio Tapia conversó telefónicamente con el ministro de Salud, Ginés González García, para empezar con las definiciones: en la charla telefónica se había acordado una reunión presencial, que todavía no sucedió, en la que se fijaría el comienzo de las prácticas de los clubes implicados en las competencias internacionales.
Luego del anuncio de la CONMEBOL y de que la AFA le presentara al Ministerio de Salud el Protocolo Sanitario COVID 19, se empezó a especular con el 3 de agosto como fecha tentativa de regreso para todos los planteles. Sin embargo, en los días posteriores se conocieron cifras de un constante crecimiento de contagios y de fallecidos en todo el país, especialmente en el Área Metropolitana de Buenos Aires donde se concentran la mayor cantidad de clubes. Por lo que la reunión AFA-Gobierno se había postergado para el viernes 31/7 y la vuelta a los entrenamientos ya no será el 3/8, sino que se daría el lunes 10 para los equipos que participan en la Libertadores. ¿El resto? La Primera, el 17 y, el Ascenso, una o dos semanas más tarde.