La bajante del río Paraná afecta a diversas comunidades, y los pescadores no son la excepción. En Puerto Sánchez, la situación se ha vuelto crítica debido a la falta de lluvias, lo que ha generado dificultades tanto en la navegación como en la pesca. Elonce dialogó con Alejandro González, un pescador local, para conocer de cerca el panorama y cómo ha influido en la actividad pesquera.
“La situación de la bajante está crítica. Si no llueve, va a seguir difícil porque está complicado para pescar, para navegar y para todo", explicó González en referencia a los problemas diarios que enfrentan los pescadores de la zona.
Además de la disminución en el nivel del río, hay restricciones que limitan aún más la actividad. González comentó que “cuando hay pescado, siempre se vende algo. Pero en esta temporada, cuando la gente sale con sus embarcaciones a disfrutar del río los fines de semana y aprovechan para pescar, especies como los dorados y las bogas no se consiguen fácilmente”.
El dorado, una de las especies más buscadas, está actualmente vedado. "Recursos Naturales estuvo la semana pasada y nos informó que el dorado está vedado desde el 1 de septiembre hasta el 31 de diciembre, salvo algunas piezas que alcanzan la medida mínima de 65 centímetros”, señaló el pescador, evidenciando cómo la normativa complica aún más la situación.
Finalmente, González explicó que los pescadores ahora enfrentan un cambio de temporada, lo que implica la llegada de nuevas especies al río: “Estamos ante un cambio de temporada. Se van los peces de invierno y aparecen los de verano, como el mandubí, dorado, pati y surubí, aunque la mayoría de la gente busca boga", concluyó.
El impacto de la bajante y las restricciones sobre especies específicas complican el trabajo diario de los pescadores, quienes se ven obligados a adaptarse a las fluctuaciones del río y a las normativas de pesca.
Elonce