La tropa de choque de la Policía Militarizada de Río de Janeiro reprimió esta noche con gas pimienta y gases lacrimógenos a decenas de hinchas de Boca Juniors que permanecían en la playa de Copacabana, en la vigilia para la final de la Copa Libertadores de América que se jugará el sábado ante Fluminense en el estadio Maracaná.
"Estábamos en la playa y apareció gente del Fluminense y de repente la policía vino y nos reprimió disparando", dijo un hincha de Boca Juniors que escapaba de los gases lanzados en las arenas de Copacabana.
Mientras que otro; de nombre Alfredo, que mostraba signos de haber sido agredido, describió a Télam el origen de los disturbios, al referir que eran "unos cincuenta los hinchas de Boca que se encontraban en la playa cuando empezó a oscurecer. Entonces apareció la policía a decirnos que nos teníamos que ir, y como algunos no querían se nos vinieron encima y detrás de ellos aprovecharon un grupo de hinchas de Fluminenses para atacarnos, por lo que nosotros salimos a defendernos y se armó una batalla campal", explicó.
El momento es de tensión alta debido a que a las 17, hinchas del Fluminense encontraron la zona liberada para agredir a los hinchas de Boca que estaban sentados en la playa, que estaba colmada por ser Feriado del Día de los Muertos en Brasil.
Varias personas habían sido retenidas por policías en las inmediaciones del Hotel Othon, frente al mar.
El embajador argentino en Brasil, Daniel Scioli, se mantenía en diálogo con la comandancia de la policía militarizada de Río de Janeiro, que depende del gobernador Claudio Castro, un aliado del expresidente Jair Bolsonaro.
Por la tarde fueron detenidos dos argentinos que horas después fueron liberados por falta de acusación.
Según una recorrida de Télam por la costanera de Copacabana, la policía no detuvo el paso de una facción de la hinchada organizada de Fluminense.
Para mañana está previsto el arribo de la barrabrava boquense y miles de hinchas más, puesto que está programada la llegada de otros 20 micros y varios aviones.