Con el recuerdo fresco de un antecedente que fue hace solamente 11 días y un plantel rico en nombres que le permite variar dependiendo lo que quiera, Martín Demichelis ya empieza a pensar qué estrategia usar para este Trofeo de Campeones en el que River se enfrentará a Rosario Central. Sabe, más allá de aquella derrota por penales, que su equipo deberá parecerse mucho más al del primer tiempo de ese partido que al del segundo.
Y para eso, el DT tiene varios ítems que resolver. Uno, al que le puso especial énfasis hace un par de semanas, pasa por la defensa: con Boselli como figura y los otros tres componentes (Paulo Díaz, Funes Mori y Enzo Díaz) de buen rendimiento, habrá que ver si opta por hacer algún retoque o si mantiene lo que le funcionó.
Para esto último, que es lo más probable, argumentos le sobran: el uruguayo de 20 años, que encima había tenido su estreno oficial, anuló a Campaz en buena parte del encuentro, se mostró muy firme en la marca y hasta tuvo algunas proyecciones en ataque; y si bien el ex Talleres no destacó como otras veces, la dupla central completó un gran trabajo ganando duelos y anticipando en ataque.
Pero no todo es la defensa, claro: el abanico casi interminable de opciones de la mitad de cancha para adelante hace que Demichelis deba replantearse casi partido a partido a quién poner, más ahora teniendo en cuenta que viene de jugar con tres puntas. Así, el DT podría priorizar ganar un poco más en posesión de la pelota y fuerza en el mediocampo con el ingreso de Aliendro o Nacho Fernández por Solari, algo que marcaría un rotundo cambio con respecto a la frescura mostrada por River en el primer tiempo de la semi de la Copa de la Liga.
Con De la Cruz, Enzo Pérez y Barco como fijas, la incógnita de la presencia de un Rondón que pidió irse del club argumentando problemas familiares abre un panorama que hasta puede desembocar en un cambio de esquema: ¿jugará a pesar de tener la cabeza fuera de Núñez? Este hecho, sumado a que tuvo un flojo nivel en el Kempes y que Central defiende con dos marcadores a los que no hay que darles referencia (Mallo y Quintana), podría dar como resultado que el 9 sea Colidio, un delantero de mucha más movilidad.
En esa carrera, un Borja que recién se recupera de un desgarro en el aductor derecho (Demichelis, obsesivo de la preparación física, no suele mandar a la cancha a los jugadores que acaban de salir de una lesión) y un Ruberto que a los 17 años recién da sus primeros pasos entre los profesionales y difícilmente vaya siquiera al banco correrían de atrás.
Que quien salga sea solo Rondón, entonces, liberaría un lugar más en el equipo: ¿será para Aliendro o Nacho Fernández, manteniéndose Solari? ¿O Manu Lanzini recupera su lugar? Dudas y variantes que un plantel largo le da al técnico de cara al último partido del año.
(Olé)