Deportes

La dura crítica de Marcelo Bielsa a la Selección de Uruguay

Se filtró un video donde el DT argentino analizó el rendimiento de la Celeste en la goleada ante Chile. Más allá del resultado, el Loco fue muy crítico con los Charrúas. "Lodeiro ausente, Cavani mal y Sánchez no hizo nada", señaló Bielsa.

18 de Noviembre de 2015
"Si uno le hace caso al periodismo, Uruguay jugó bárbaro", cuestionó el Loco.

Marcelo Bielsa le gustó poco y nada el rendimiento de la Selección de Uruguay ante Chile en el Centenario de Montevideo, pese al abultado resultado en favor del equipo conducido por Oscar Tabárez.

 

En una mesa de café, acompañado por un grupo de amigos, el Loco compartió sus sensaciones por lo visto en los 90' del partido válido por las Eliminatorias Sudamericanas y emitió críticas despiadadas a los ganadores.

 

Solamente Diego Godín y Sebastián Coates aprobaron el filtro del ex seleccionador de Argentina, considerando que el primero de los mencionados "estuvo muy bien" y su compañero, "bien". Después aclaró que Fernando Muslera, el arquero, "no intervino en el partido, ni para bien ni para mal".

 

También destacó que ambos jugadores de contención no tuvieron demasiado trabajo ni descollaron ante el campeón de América, en tanto que las opiniones negativas se dirigieron a los hombres con responsabilidad ofensivas.

 

"(Nicolas) Lodeiro ausente, (Edinson) Cavani mal, (Carlos) Sánchez no hizo nada y (Diego) Rolán lo único que hizo fue correr para atrás y mal. Pero si uno está viendo el partido y le hace caso al periodismo, Uruguay jugó bárbaro", coronó su punto de vista y desató las carcajadas de los presentes a su lado.

 

A la prensa charrúa le cayeron sin gracia dichas palabras y trataron las imágenes con ironía: "El partido de Uruguay, un desastre según Bielsa".

 

Hace unos días, el entrenador que actualmente no tiene trabajo protagonizó un divertido episodio en la sede de una radio de aquel país, donde pidió permiso para utilizar el baño mientras paseaba.

Fútbol Internacional Marcelo Bielsa Selección de Uruguay