San Lorenzo ya había perdido 2 a 1 ante Toluca cerca del cierre y estaba al borde de la eliminación en la Copa Libertadores, a la espera de lo que sucediera 24 horas más tarde en el compromiso entre Liga de Quito y Gremio. Finalmente ganaron los brasileños y dejaron sin chances al Ciclón en el certamen continental.

Pero lejos de digerir el dolor de la derrota sin polémica de por medio, los problemas continuaron cuando la delegación azulgrana emprendió la travesía de regreso desde México a Buenos Aires. En pleno vuelo, el cuestionado Pablo Guede adoptó una postura que cayó como una bomba para los integrantes del plantel y también para los dirigentes que habían acompañado a los protagonistas.

Los 21 jugadores que fueron al territorio azteca tenían pasajes de regreso en Primera Clase, mientras que el entrenador, sus colaboradores y los directivos llevaban el boleto de embarque para la Clase Turista. Al conductor del grupo no le pareció agradable emprender el retorno en condiciones inferiores a las de los futbolistas y exigió que un par de juveniles le cambiaran el ticket.

Entonces, Guede logró su cometido y tomó posición en Primera, previo desalojo de los más jóvenes que fueron citados para el compromiso internacional. Nadie pudo ocultar el fastidio por lo acontecido.

Aunque en un principio se barajaba como un rumor, el incidente adquirió estado público a través de las declaraciones de Ricardo Saponare, secretario del fútbol juvenil y asambleísta del club. "Me duele lo que hizo este cuerpo técnico con los juveniles. Los pibes fueron sacados de su lugar para ir a Turista. Hay que cuidar a los chicos porque son patrimonio del club y el técnico se equivocó", expresó.

Tal fue el grado de fastidio que algunos miembros de la Comisión Directiva pensaron en una drástica medida relacionada con la continuidad de Guede, pero Matías Lammens salió a bajar los decibeles y aclarar que el director técnico seguirá en funciones hasta diciembre, como mínimo.

En el primer entrenamiento en el país tras la vuelta, los referentes reunieron a todos sus compañeros en el vestuario y charlaron a solas, invitando a retirarse del lugar al cuerpo técnico. Al rato llamaron a Guede y compañía para exponer el profundo malestar que había provocado lo sucedido en el avión.

Así, con el clima enrarecido y el DT en el ojo de la tormenta, San Lorenzo recibirá el domingo desde las 15:30 a Rosario Central, en lo que será un choque bisagra para mantener las chances de jugar la Final por el título de la Zona 1.