El equipo de Lomas Zamora se llevó todo del estadio decano. Sumó tres puntos que cotizan en bolsa y dejó sumergido en un mar de preocupaciones a un equipo que anoche de tal, tuvo el nombre. Solo arrestos individuales y un par de acciones combinadas. Muy poco, si se quiera zafar de la zona de descenso directo. El de anoche era un partido ideal para tomar un poco de oxígeno, para salir de terapia intensiva y pasar, al menos por un rato, a intermedia, pero nada de esto pasó. No ligó en algunas jugadas que pudo terminar en gol, falló en el único mano a mano que tuvo, mientras que Los Andes en la jugada más clara que generó llegó al gol para el 1 a 0 que resultaría inmodificable.
El técnico, Carlos Macchi, apostó a un esquema más agresivo ante un rival que vino a robar un punto, y terminó llevándose tres. Fue Los Andes el que arrimó peligro primero con un zurdazo cruzado de Andrés Wombergar, aprovechando una desatención de la última línea local. Por su parte, Juventud intentaba lastimar al elenco visitante con las corridas de Pombo por derecha: jugador que tras un desborde, obligó a un rechazo defectuoso de Tomasini que por muy poco no termina en autogol.
Pasado los quince minutos con más garra que futbol-con Augusto Max como abanderado- el Albiceleste comenzó a jugar más cerca de los dominios de Díaz, arquero que se lució al mandar al tiro de esquina un corner de Barrado que se le colaba contra el larguero. Con pelota parada volvió a inquietar el Juve. Centro desde la derecha que Marchesini cabeceó no logrando conectar, en segunda jugada, Emiliano Capella. Poco después, Piaggio ganó por izquierda despachando un centro al segundo palo que, a duras penas, pudo cabecear Ada, fallando en la puntada final Alexis Blanco, jugador que tuvo una noche muy floja.
Con tiempo cumplido, Max se animó de afuera, pero no pudo con los reflejos de Díaz, uno de los puntos altos en la visita, y cuando se moría la etapa inicial, un nuevo desborde de Piaggio, por izquierda, terminó con un centro del lateral que se fue cerrando para terminar pegando en el travesaño. Juventud no jugaba bien, pero merecía la ventaja ante un Los Andes que dejó una pobre imagen en la etapa inicial.
En el segundo tiempo, la visita adelantó sus líneas y Bordacahar, desde buena posición, remató desviado. La reacción local no tardó en llegar con un terrible zurdazo de Rubén Piaggio que Federico Díaz mandó al corner, aunque queda la sensación de que la pelota no salió en su totalidad. Poco después, en una de las pocas jugadas lúcidas en ofensivas, Alexis Blanco quedó mano a mano con Díaz, pero remató al primer poste, justo hacía donde había inclinado el cuerpo el uno que con un guantazo mandó la pelota al tiro de esquina, señala El Dia.
Goles errados, goles en contra reza un axioma futbolero que en la fría noche del sábado se cumplió al pie de la letra. Corría el minuto 22, cuando Marchesini y Ramírez se equivocaron en la salida y en el control de la pelota, doble error que la visita no dejó pasar por alto, Pelota para la diagonal de Rodrigo Bogado que generó el único grito de la noche. El punta, con un zurdazo cruzado hizo estéril la volada de Lucas De León.
Tocado, Juventud fue por el empate que tuvo en tiempo adicional, con un disparo de Capella que dio en el poste, convirtiendo, tras el rebote, Martín Prost, jugador que se encontraba en posición adelantada. La imagen, demasiado repetida en los últimos partidos, de los jugadores locales con la cabeza gacha marca el preocupante momento que vive el Albiceleste que pese a la derrota no ingresó en la zona de descenso directo.