Una derrota sin matices, rotunda casi siempre, eliminó de la Eurocopa a la selección española, la actual doble campeona del torneo, apagada desde el principio por Italia, su competitividad y su perfecto despliegue, doblegada sin discusión por 2-0 y sólo algo reconocible en los minutos finales en Saint Denis.
Desbordada de inicio, desaparecida hora y cuarto, sostenida en el partido por tres paradas de David de Gea y superada casi siempre, la Roja sólo tuvo alguna opción en los últimos instantes, cuando tuvo tres ocasiones, cuando se cruzó un increíble Buffon para mantener un camino, trazado mucho antes, hacia la eliminación de España, fuera del torneo. A Italia, el sábado en cuartos, le espera Alemania.
Lo mereció Italia, que no sólo defiende. Eso lo hace muy bien, pero también muchas otras cosas más desde la dirección de Antonio Conte. Tenía muy claro su partido. Cuando había que replegarse, atrás, compactos; cuando había que crear, salida de pelota y pase entre líneas; cuando había que contraatacar, vertiginosa velocidad. Así fue como conquistó los dos goles de la victoria, el primero a través de Giorgio Chiellini, tras un rebote de David De Gea, y el segundo por intermedio de Grazieno Pelle, con tiempo cumplido.