Tres años y medio después de vivir el día deportivamente más triste de su historia, con la clasificación fallida al Mundial de Rusia 2018, Italia dejó bien en claro que buscará ser protagonista en este torneo. La eliminación sufrida en noviembre de 2017 contra Suecia en el repechaje para esa Copa del Mundo representó un "año cero" para Italia, que desde entonces, tras la llegada del entrenador Roberto Mancini, encadenó 27 partidos sin conocer la derrota.
El escenario del Olímpico, con 16 mil espectadores en las tribunas y el tenor Andrea Bocelli como protagonista de la ceremonia de apertura, fue protagonista de una entretenida primera jornada.
Italia se clasificó para la Eurocopa de manera increíble: consiguió diez victorias en diez partidos, un logro igualado solo por Bélgica, además de meterse en la fase final de la Nations League de la UEFA.
Tras este momento dulce, Italia sabe que ahora debe demostrar este crecimiento en una gran cita oficial. El debut fue auspicioso y quedó claro que los dirigidos por Mancini tienen hambre de gloria.
La Neroazzurra fue protagonista de principio a fin. En el primer tiempo tuvo dos claras chances a través de Giorgio Chiellini, pero los goles finalmente llegarían en la segunda etapa y casi uno atrás de otro.
Demiral en contra a los 7 minutos, Immobile a los 20 e Insigne a los 32 fueron los autores de los tantos.