Sociedad

Avanza la investigación contra sacerdotes del Opus Dei acusados de trata de personas y reducción a la servidumbre

La Justicia federal solicitó la indagatoria de cuatro autoridades del Opus Dei en una causa por trata de personas y reducción a la servidumbre. Según la acusación, más de 40 mujeres habrían sido reclutadas en su niñez y adolescencia para hacer tareas domésticas de forma gratuita.

19 de Noviembre de 2024
Grupo de niñas en el Opus Dei CNN en Español

La Justicia federal solicitó la indagatoria de cuatro autoridades del Opus Dei en una causa por trata de personas y reducción a la servidumbre. Según la acusación, más de 40 mujeres habrían sido reclutadas en su niñez y adolescencia para hacer tareas domésticas de forma gratuita para la organización, tanto en la Argentina como en el exterior, desde 1972 hasta 2015.

 

Una de las víctimas, contó a CNN que: “A mí me fueron a buscar a la casa de mis padres y me trajeron en mi auto engañada. Yo todos los días esperaba empezar el colegio, pero pasaba el tiempo y eso nunca llegó. Yo esperaba los útiles, el uniforme”.

 

Actualmente, un juzgado federal de Buenos Aires se encuentra analizando las pruebas que presentó el ministerio público.

 

Al respecto, la periodista Paula Bistagnino, expresó que “se trató de construir una servidumbre para que atendiera a los miembros numerarios, numerarias y sacerdotes. Se las llevaron de sus casas cuando tenían 14 años, las fueron a buscar, las alejaron de sus familias y las encerraron en una escuela. No les dijeron que iban a buscarlas en nombre del Opus Dei”.

 

Susana Lencina, otra de las víctimas, comentó que “me invitaron a un juego de vóley en Buenos Aires. Era maravilloso porque te encontrabas con chicas de distintos lugares, pero eran chicas como yo, humildes, de zonas rurales”.

 

Susana Lencina, denunciante

 

Rosanna Vacon, en tanto, narró que en “en 1986, una vecina se acerca a mi mamá porque llegaba una persona de Buenos Aires a Salta y estaban buscando chicas que terminaron la primaria para traerlas a Buenos Aires para estudiar. Nos prometieron que íbamos a estudiar, pero a la vez éramos menores y empezamos a trabajar desde las 6 hasta las 22.30. Nos sentíamos explotadas”.

 

Rossana Vacon, denunciante

 

Visitación “Tita” Villamayor, otra víctima, contó: “nos levantábamos todas 5.10 o 5.15 y teníamos que pasar cada una al lugar que le correspondía limpiar”.

 

Visitación Villamayor, denunciante

 

Según la investigación de la fiscalía, como los hechos habrían ocurrido entre 1972 y 2015, gran parte de las denuncias se encuentran prescriptas y solo un caso podría ser juzgado formalmente bajo la figura de trata de personas.

 

En los centros de la Obra, las jóvenes se encontraban en un entorno controlado y manipulado que perpetraba su estado de vulnerabilidad y dependencia, según el expediente.

 

Visitación, recuerda: “tenía que confesarme, rezar el rosario, ir a misa todos los días, hacer oración todos los días, hacer la lectura”. Susana, en tanto, dijo que “no podíamos estudiar ni ir a visitar a nuestra familia. No podíamos tener hijos, casarnos, enamorarnos”.

 

Un grupo de niñas en el Opus Dei

 

Rossana, por su parte, relató que “tenés la disciplina, que es una cadenita con un látigo, mientras vos te pegas en la espalda o en las nalgas rezás”.

 

Visitación dijo: “el cilicio es como un cinturón, pero con alambres de púa. Tiene una soguita para que uno se pueda dar en el muslo. Uno tiene que hacer eso para un sacrificio para que uno pueda llegar a ser santa en algún momento, porque la idea era llegar a ser santo”.

 

Ninguna de las denunciantes recibió retribución salarial ni se hicieron aportes al estado por sus años de trabajo en la institución. Después de varios intentos fallidos, lograron escapar del Opus Dei.

 

“Empecé a decir por todos lados, a gritar a los cuatro vientos, que esto no era lo mío y que me quería ir. Me decían que no, que Dios me había elegido. Que yo era una de las elegidas y no podía decir que no a Dios”, contó Visitación, quien recordó que “mis hermanas ya se habían casado, habían tenido hijos y yo era un cero a la izquierda. No era nadie, no era nada. No tenía nada, ni ropa que sirviera. Te sentís sapo de otro pozo en el mundo. Me encantaría que el Opus Dei nos pida perdón a todas”.

 

Susana, recuerda que “intenté irme tres veces, que me fui a Rosario a la casa de mi mamá, y las tres veces me fueron a buscar. Ahí conocí a una chica que venía todos los jueves a que yo le de charlas. Estaban todas cenando, toco un timbre para que me abran la puerta y me fui a un conventillo en Once. (Fuente: CNN)

 

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