En Independiente hay tranquilidad después de la eliminación en la Copa Sudamericana ante Santos. El equipo le ganó a Estudiantes en La Plata y sacó cuatro puntos de seis posibles en la Liga Profesional, además la apuesta por los pibes se mantiene. El próximo objetivo es Patronato, mañana como local, aunque el entrenador Julio César Falcioni no haría una rotación masiva más allá del desgaste físico por el trajín de partidos en el comienzo del segundo semestre.

Los jugadores pasaron la noche en el hotel de concentración, esta mañana realizaron tareas regenerativas en el predio de Villa Domínico y ya quedaron liberadores para lo que resta de la jornada. Si bien mañana comenzará a dilucidar la formación, según el estado físico de los protagonistas, la duda de Falcioni pasaría por la mitad de la cancha entre Domingo Blanco y Lucas González.

El Emperador sabe que tiene un plantel corto, por eso repite siempre y no hace muchos cambios. A eso hay que sumarle que tampoco podría contar con Joaquín Laso de cara a la tercera fecha del torneo local, a menos que los dirigentes levanten de una vez por todas la inhibición de Torino por el pase de Gastón Silva. De todos modos, el entrenador tiene a Sergio Barreto afianzado en la zaga central que conforma con Juan Manuel Insaurralde.

La gran revelación de Independiente es Rodrigo Márquez, quien viene sumando minutos y ya lo piden desde el arranque, aunque puertas adentro sostienen que lo llevarán de a poco. La idea es clara: entrar a la próxima Copa Libertadores y apostar por algo distinto, sobre todo porque a Falcioni se le termina el contrato a fines de 2021 y se avecinan las elecciones presidenciales.