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Independiente se quedó con el clásico de Avellaneda frente a Racing

La Academia se había puesto en ventaja con un tanto de Diego Milito, pero el equipo de Sergio Almirón lo dio vuelta en una ráfaga y se impuso por 2-1 gracias a los goles de Sebastián Penco y Federico Mancuello.

31 de Agosto de 2014
Independiente se quedó con el clásico de Avellaneda.
Independiente se quedó con el clásico de Avellaneda.
Mancuello festeja su gol.
Mancuello festeja su gol.
Clásico caliente en Avellaneda.
Clásico caliente en Avellaneda.

Pasó más de un año para que el clásico de Avellaneda vuelva a disputarse en la Primera División. Finalmente volvió esta tarde en el estadio Libertadores de América y fue con triunfo para Independiente, que se impuso por 2-1 ante Racing en un partido repleto de emociones.

 

El Rojo apostó al control de la pelota en los primeros minutos pero no mostró profundidad, algo que La Academia, a pesar de estar más impreciso en el mediocampo, sí tuvo gracias a la velocidad de Hauche y la clase de Milito. Fue justamente el Príncipe el que abrió el marcador a los 13, tras un centro de Centurión.

 

A partir de entonces Independiente se descontroló y Racing contó con varias oportunidades de ampliar la ventaja. Pero el equipo de Cocca no concretó y el Rojo, increíblemente, lo dio vuelta en dos minutos: primero con Penco, a los 24, y luego con Mancuello, a los 26, tras una salida en falso de Saja.

 

En el complemento, ya sin Milito (fue reemplazado por Bou a los 34 de la primera etapa por lesión), La Academia extrañó a su referente futbolístico y prácticamente no generó peligro. Si lo hizo, fue a los ponchazos, con más ímpetu que fútbol.

 

Del otro lado, Independiente contó con varias ocasiones para ampliar la ventaja, especialmente con jugadas de pelota parada. Mancuello estrelló un tiro libre en el ángulo, mientras que Tula y Cuesta, con un cabezazo cada uno, forzaron a Saja a mandar la pelota al córner. Con el pitido final del árbitro Rapallini, los cuatro costados del estadio estallaron de alegría: el Rojo está de vuelta.

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