Independiente no pudo consagrarse otra vez en Brasil. El equipo argentino volvió a sufrir una expulsión en el primer tiempo, lo supo controlar pero todo el esfuerzo no pudo terminar en otro título porque en los penales, después de que igualaran 0-0, festejó Gremio.
La pasó mal en el arranque el Rojo. El equipo brasileño se adueñó del balón, encontraba espacios y ya a los siete tuvo una clarísima para abrir el marcador: se escapó Everton, eludió a Martín Campaña y Fernando Amorebieta salvó en la línea.
Independiente contestó por Leandro Fernández y con el paso de los minutos se acomodó en el campo. El encuentro ganó en discusiones. Todo se protestaba. Gremio volvió a llegar a los 37 y se lo perdió de manera increíble Luan.
Parecía que se iban al descanso sin grandes novedades, pero Amorebieta le puso la plancha en el pecho a Luan y el árbitro Enrique Cáceres, apoyado en la tecnología, le mostró de manera correcta la roja. Como en la ida, el VAR dejaba a los de Avellaneda con 10.
El desarrollo en el complemento fue el que se esperaba, con Gremio al ataque e Independiente esperando alguna contra salvadora. Sin embargo, al local no le caían demasiadas ideas para aprovechar la ventaja numérica.
La más clara la tuvo otra vez Everton y nuevamente apareció Campaña para salvar al equipo conducido por Ariel Holan. Aguantó bien el final del partido el campeón de la Sudamericana y se fueron al alargue.
Jael se elevó, cabeceó y el travesaño salvó a Independiente en el arranque del alargue. Luego lo tuvo la visita, con un desborde de Martín Benítez que no pudo empujar Silvio Romero. Ya en el segundo tiempo de la prórroga, después de un tiro libre que se desvió en la barrera, volvió a aparecer Campaña.
Independiente tuvo a los 113 minutos del partido la más clara para ganar el encuentro: tiro de esquina, la bajó Benítez y no la pudo empujar Jorge Figal. Increíble situación no pudo aprovechar el Rojo. Campaña se quedó con el último remate. A los penales...
Ninguno fallo desde los 12 pasos hasta el décima remate. Fue Benítez con la presión de no poder errar y Marcelo Grohe, que no había estado cerca en ninguno de las otras ejecuciones, se lo atajó. No pudo ser para Independiente. Dejó todo.