La Fiesta del Pan Casero en Sauce de Luna es una celebración que reúne lo mejor de la tradición, la cultura y el sabor entrerriano. En esta ocasión, la jornada estuvo llena de energía, donde la cumbia fue la banda sonora perfecta para acompañar el inconfundible aroma del pan casero recién horneado. La gente se acercó para disfrutar de la música, los espectáculos y también para ser parte del proceso de creación de uno de los sabores más tradicionales de la región.

Elonce tuvo la oportunidad de dialogar con los encargados de mantener los hornos encendidos, auténticos guardianes del fuego y el sabor. Uno de ellos, Iván Arce, explicó cómo se lleva a cabo la elaboración del pan en los hornos de gran tamaño: “El horno tiene un pulmón en el medio, que es donde hacemos el fuego. Luego se distribuye el calor por todas las secciones. Para sacar un poco de calor, vamos midiendo la temperatura constantemente. Cuando llegamos a la temperatura ideal, empezamos a meter la masa”, detalló con precisión.

La jornada de preparación comienza en la tarde, cuando se encienden los hornos y se van controlando durante las horas previas. “En el caso del horno donde hacemos el pan más grande, todo el proceso se hace según el aprendizaje de cada uno. Es un trabajo en equipo que requiere paciencia”, agregó Iván destacando lo que más valora de esta tradición: “Lo más lindo de la fiesta es la gente, y eso es algo que me emociona mucho. Ver cómo se acercan, cómo disfrutan del pan casero, cómo celebran juntos, es algo único”.

El evento también tiene una significativa importancia en el plano social. Otro de los encargados de los hornos, en esta ocasión del concurso de pan casero, nos comentó que la preparación empieza mucho antes de que se enciendan los escenarios: “Una semana antes de la fiesta del pan casero, ya vamos prendiendo los hornos para que vayan tomando temperatura y así poder asegurar que salga lo mejor posible. Es un trabajo de todos, y cada detalle cuenta”.

La Fiesta del Pan Casero es mucho más que una celebración de la gastronomía regional; es una ocasión que une a las familias, a los amigos, a los vecinos. “Es un encuentro de la familia. Porque muchísimos vienen a reencontrarse con sus seres queridos, a compartir momentos de alegría y, por supuesto, a disfrutar de este pan que nos representa tanto”, afirmó el encargado con una mirada llena de emoción.

Mientras la música sigue su curso, la fiesta se llena de color y de risas. Los hornos siguen trabajando, entregando lo mejor de su calor, y los panaderos, con sus manos y su saber ancestral, siguen entregando un pedazo de historia y tradición a todos los que se acercan a vivir esta fiesta que, sin dudas, seguirá siendo un símbolo de Sauce de Luna y de Entre Ríos.