Las hormigas son un enigma para quienes buscan erradicarlas de sus hogares. A pesar de los esfuerzos por repelerlas, estos insectos siempre parecen volver. Julián Sabattini, ingeniero agrónomo y científico del Conicet, es uno de los principales expertos en el estudio de las hormigas y su comportamiento, tanto en la producción agropecuaria como en el ámbito doméstico.
En una entrevista en el programa Entrevistas de Elonce, Sabattini explicó por qué, a pesar de los métodos utilizados para repelerlas, las hormigas siempre regresan. "El sistema no se elimina, se puede controlar la tasa de las hormigas, pero por una cuestión biológica, después de un tiempo vuelven a aparecer", afirmó el especialista.
El control de las hormigas en los hogares generalmente se logra mediante el uso de cebos cilíndricos con principios activos en bajas dosis. "Se combaten de la misma forma que en la agricultura, lo mejor son los cebos", indicó Sabattini. Destacó que otros métodos logran repelerlas temporalmente, las colonias, que bajo el suelo son mucho más grandes, siguen siendo un desafío para erradicar por completo. En cuanto a los remedios caseros, el ingeniero explicó que, aunque algunos funcionan como métodos de repelencia, no resuelven el problema de manera definitiva.
Sabattini, además, realiza estudios profundos sobre las hormigas, particularmente en Sudamérica. "Queremos saber dónde están las hormigas, cómo se mueven, cómo afectan el territorio y su implicancia en la producción agropecuaria", explicó. En su investigación, ha probado diferentes estrategias para controlar las hormigas, buscando métodos seguros y ambientalmente responsables.
El ingeniero también profundizó en los comportamientos estacionales de las hormigas. Durante el invierno, las hormigas forrajean durante la mañana, mientras que en verano lo hacen principalmente de noche. Sabattini desarrolló un dispositivo para contar las hormigas cortadoras, y con el tiempo, el software que creó se convirtió en una herramienta mucho más potente, capaz de realizar diversas funciones.
Su interés por las hormigas comenzó en 2010, cuando junto a su padre, comenzaron a observar el comportamiento de estos insectos en el campo familiar. "Nos preguntábamos si lo que transportaban las hormigas era mucho o poco, queríamos entender el impacto que generaban estos herbívoros dentro de la cadena trófica", relató Sabattini. A través de sus estudios, descubrió que las hormigas no solo causan daño, sino que son fundamentales para el ecosistema, actuando como "ingenieros" que modifican el ambiente.
Sabattini explicó que las hormigas cortadoras, especialmente las especies Atta y Acromyrmex, causan un daño mayor en ambientes secos, como plantaciones de peras, manzanas y uvas. Sin embargo, en regiones más verdes, como la de Concordia, donde la vegetación es más abundante, las hormigas tienen un impacto más positivo, ya que contribuyen a la fertilización del suelo y la regeneración de la vegetación.
Las especies Atta, cuyos nidos pueden llegar a medir hasta ocho metros de diámetro y un metro de alto, son algunas de las más grandes y complejas. Por su parte, los nidos de Acromyrmex son más pequeños, construidos con paja y subterráneos.
A pesar del daño puntual que pueden causar, las hormigas tienen una función esencial en el ecosistema, y Sabattini insiste en que es necesario comprender su rol para poder manejarlas de manera efectiva. En cuanto al control de las hormigas, el científico concluyó que la tecnología y la innovación son clave para desarrollar soluciones más eficientes en el futuro. "Todavía hay muchas áreas en la agronomía donde se puede mejorar la tecnología", aseguró.