Fueron trece largos años. Casi catorce. Diego Armando Maradona había jugado para Boca su último partido el 2 de diciembre de 1981, en el triunfo 2-1 sobre Vélez por el Nacional de ése año. Pero el Diez se despidió con un sabor amargo del Xeneize, porque en aquel encuentro fue expulsado.
Y tras un largo período, en el que Maradona jugó y brilló en el Barcelona, Napoli, Sevilla, Newell's y la selección nacional, el futbolista más grande de todos los tiempos volvió a calzarse la camiseta que más amó -junto a la albiceleste-. Con una recordada franja amarilla en su pelo, demostrando su amor por Boca y por toda su gente.
Fue un 30 de septiembre de 1995, hace ya 20 años, en un amistoso en Seúl frente a la selección de Corea del Sur. Maradona venía de cumplir una suspensión de quince meses aplicada por la FIFA al dar positivo su análisis antidoping luego del partido entre Argentina y Nigeria, en el Mundial 1994.
Ése 30 de septiembre y ante 70.000 espectadores, Boca formó con Navarro Montoya; Vivas, Gamboa, Medero y Mac Allister; Carrizo, Giunta, Cristian González y Maradona; Caniggia y Sergio Martínez. Luego ingresaron Arruabarrena, Márcico y Pico.
El Xeneize ganó 2-1 con goles de Mac Allister y del uruguayo Martínez, mientras que para los coreanos anotó Ha Seol Ju. Diego desplegó su magia en Boca por dos años más, hasta que se retiró luego del 2-1 frente a River el 25 de octubre de 1997 en el Monumental.
Fuente:<b> DEPORTV </b>(<i>DXTV</i>)