Tal como declaró esta mañana, el Presidente de la Nación, Alberto Fernández, dio el visto bueno para que la Copa de la Superliga siga a puertas cerradas, a pesar del reclamo de muchos de los futbolistas implicados como Lisandro López, Fabricio Coloccini, Leonardo Ponzio, Silvio Romero, Nicolás Bertolo, Cristian Lucchetti, entre otros, quienes pidieron públicamente por la preservación del sistema sanitario en medio del avance global del coronavirus, declarado como pandemia por la Organización Mundial de la Salud.

"Si el fútbol se juega a puertas cerradas, yo no veo inconvenientes", sentenció el mandatario en la conferencia de prensa que realizó junto con Axel Kicillof, gobernador de Buenos Aires, y el jefe de Gobierno de la Ciudad, Horacio Rodríguez Larreta, en Olivos.

Aunque pidió: "Lo que me encantaría por este tiempo, por lo menos, es que le den a los argentinos la posibilidad de ver los partidos por la televisión abierta y no por medio de sistemas codificados. Es que tenemos que quedarnos en casa y para muchos ese deporte es un gran divertimento".

Esta opinión proveniente desde el alto mando del país va a trasmano con las medidas que se tomaron alrededor del mundo y posiblemente generará polémica en los sindicatos relacionados al mundo del fútbol, sobre todo en Futbolistas Argentinos Agremiados.

Es así que este miércoles se llevarían a cabo reuniones tanto en las oficinas de la Asociación del Fútbol Argentino como en Superliga para definir si la pelota sigue rodando o no. El único equipo que se plantó y no jugó su partido fue River, que quedó expuesto a sanciones deportivas y económicas.

¿Cuáles son las otras medidas que se tomaron para frenar el avance del COVID-19? La suspensión del ciclo lectivo hasta el 31 de marzo, el licenciamiento de personas mayores de 65 años, el cierre de fronteras (salvo a argentinos o extranjeros residentes), el cierre de todos los Parques Nacionales y la suspensión de actividades masivas (recreativas, deportivas, turísticas y recitales).