Arsenal tenía la gran chance de treparse a la cima de la Zona 1 a la espera de que jueguen Rosario Central y Godoy Cruz, pero falló en el Julio Humberto Grondona y perdió 1 a 0 ante un Gimnasia que llegó hasta Sarandí sumergido en una crisis tras la salida de Pedro Troglio y el papelón de sus dirigentes.
La intensidad que planificaron en el primer tiempo tuve un déficit mayoritario a la hora de ser mezclado con la tenencia del balón. Arsenal, obligado por su presente, deambuló la cancha y cada vez que tuvo en sus pies la pelota la desperdició. Gimnasia, con el peso del caos, fue el que tuvo las tibias chances más nítidas.
La mejor descripción para esa afirmación podría darse con el despeje de cabeza de Germán Ferreryra, héroe en el Bajo Flores, que casi se termina metiendo en la valla de su propio arquero. Igualmente, el Lobo tuvo otras con Oreja, Licht y Noble que pusieron atento al arquero, pero casi no lo hicieron trabajar.
Mientras todos se estaban acomodando en la cancha en el complemento, Lorenzo Faravelli sacó un gol de otro partido de su botín derecho. La colgó en el ángulo de Pellegrino y, quizás conocedores de los efectos de la crisis, jugaron con la parálisis que puede generar la presión de dicha situación.
El Arse, con la euforia de treparse a la cima a flor de piel, lanzó más centro al área rival que ideas productivas para quebrar las férreas líneas defensivas. Bologna no sufrió contratiempos y jamás tuvo en riesgo su valla. Se quedó con las ganas y ahora deberá aspirar a que el resto tropiece para no alejarse de lo alto.