La llegada del 10 revolucionó no solo a La Plata sino a todo el fútbol argentino. El astro volvía a dirigir en el país tras 24 años, luego de su paso por Racing en 1995. Su presentación fue el domingo 8 de septiembre en un Bosque repleto que lo emocionó hasta las lágrimas.
Luego, casi sin ensayos, llegó el turno del debut, contra el último campeón, el Racing de Coudet. Fue derrota en La Plata por 2-1, en una tarde en la que el equipo ligó poco y pagó un serio error de su arquero Alexis Martín Arias.
Tras ese juego inicial le tocó visitar a Talleres en Córdoba y también fue caída por 2-1. Nadie lo sabía por ese entonces, pero esa sería la única caída del equipo con Diego en condición de visitante.
Su tercer partido al frente del Lobo, que necesitaba sumar imperiosamente para engrosar su promedio, fue contra River, que puso suplentes porque Marcelo Gallardo decidió preservar a sus mejores hombres para el cruce de Libertadores contra Boca. Sin embargo al Millonario le alcanzó para ganar 2-0. Quedó para el recuerdo el sentido abrazo entre Diego y el Muñeco antes del juego.
Recién tras esas tres caídas en fila salió el sol para Maradona y Gimnasia: el equipo aplastó a Godoy Cruz en Mendoza por 4-2 y hubo baile y fiesta en el vestuario visitante del Malvinas Argentinas.
Pero al siguiente partido en La Plata, otra vez sopa: nueva derrota, ahora contra Unión de Santa Fe, con gol de un ex Gimnasia, Ezequiel Bonifacio, a poco para el cierre del partido. Su equipo era esto: la gloria o Devoto. Sin términos medios, sin empates, matar o morir todos los fines de semana.
Un par de días más tarde Maradona viviría sus horas más espectaculares en su paso por el Lobo. Recibió una recepción descomunal en Rosario, a donde viajó para visitar a Newell´s, uno de los tres clubes argentinos que lo tuvo como futbolista. Fue ovacionado en el hotel, en el Marcelo Bielsa y hasta le prepararon un trono para homenajearlo. Eso sí, su equipo no tuvo piedad y ganó por 4-0.
Después de la goleada llegó el turno del esperadísimo clásico ante Estudiantes en el Bosque y otra vez fue derrota. 1-0 con gol de Retegui, luego de que Contín despilfarrara una ocasión inmejorable segundos antes de la jugada que definió el duelo.
Esta tarde, en el entretiempo y después del juego, el 10 se cruzó feo con Gastón Fernández, emblema del León.
Su último juego fue el Mar del Plata, contra Aldosivi, un rival directo en la lucha por mantener la categoría. Y fue fiesta tripera, con visitantes en las tribunas de Minella, por 3-0, hace apenas 9 días atrás. Por ese entonces nadie imaginaba que la historia de amor iba a tener un desenlace tan abrupto... Maradona y Gimnasia ya no andan más de la mano.
Fuente: TyC