La famosa rotura de ligamentos cruzados es un golpe durísimo para un futbolista, ya que demanda entre seis y ocho meses de recuperación para volver a las canchas. Y el caso de Augusto Fernández fue una excepción pero para peor, ya que el volante argentino sufrió la lesión el 25 de septiembre de 2016, y recién el 25 de julio de 2017 (sí, diez meses después) pudo volver a jugar un partido. El ex River reapareció en el 0-0 del Atlético de Madrid ante el Toluca, en un amistoso disputado en México, y se mostró muy contento tras su vuelta: "Lo viví sobre todo en la previa del partido como si volviese a debutar. Ahora que ya ha llegado ese momento toca volver a disfrutar. Tuve muchas sensaciones encontradas y a partir de que sonó el silbato ya me sentía en el lugar donde me gusta estar".
Con respecto a cómo se sintió tanto física cómo futbolísticamente, el oriundo de Pergamino destacó: "Me sentí bien. Voy poco a poco, agarrando ritmo y físico, y lo más importante es que la rodilla está bien, me está respondiendo. Vamos a ir de menos a más".
Por último, afirmó la importancia de sus compañeros en un momento tan complicado como el que le tocó atravesar: "En todo momento sentí su apoyo y de toda la gente en general, pero ellos son los que están conmigo en el día a día y han sido fundamentales para pasar todos estos meses. Hoy en día siento gratificación con todos ellos porque sentí que también se alegraron por mi vuelta y esto demuestra que es una gran familia".