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Experiencias extremas: Los que comparten la aventura del Dakar en familia

Hay varios casos de familiares compitiendo en la edición 2017 del Dakar. Algunos ya establecieron marcas inéditas en la difícil prueba, como ser el más joven con 19 años y acompañar a su padre que no esconde su emoción. Hay otros casos.

5 de Enero de 2017
Eduardo y Nicolás Amor. Foto: AP

Una frase que se repite mucho en cada campamento del Dakar es que la caravana es una gran familia; dentro del grupo de competidores hay historias de padres e hijos que reafirman doblemente esta consideración y permiten compartir esta gran experiencia aventurera.

 

Los porteños Eduardo y Nicolás Amor con la Toyota número 343, los chaqueños Carlos y Javier Salom con el Volkswagen 393, y los peruanos Fernando Ferrand Malatesta y Del Busto con la Toyota 348 comparten el vehículo en competencia, mientras el boliviano Walter Nosiglia, habitual competidor en cuatriciclos, vive en esta edición 2017 el debut de sus hijos Daniel y Walter en motos.

 

<b>El más joven del 2017</b>

Luego de ocho ediciones en el Dakar, Eduardo Amor decidió sentar a su lado a Nicolás, que en Asunción fue el encargado de llevar la voz de los pilotos en el juramento por ser el más joven de la prueba 2017 con 19 años. "Tengo al mejor navegante del mundo ¿qué más puedo pedir? Soy un papá orgulloso y el objetivo es buscar dar la vuelta, divertirnos y que Nicolás se lleve una buena experiencia del Dakar", dice Eduardo con una sonrisa amplia al referirse a su copiloto.

 

"Me ayuda muchísimo tenerlo como navegante para la concentración, porque esta es una camioneta nueva, totalmente diferente a las anteriores y tengo que hacer la adaptación en competencia, ya que anduve muy poco en la previa", agregó el piloto de 55 años que dijo que gran parte de sus sponsors son "los amigos y la familia".

 

"Llegué a Asunción muy ansioso y con muchas expectativas de realizar esta experiencia con mi papá. Es un deseo cumplido poder disputar un Dakar y lo de ser el más joven de esta edición me hizo tener que hacer el juramento Dakar enfrente de todos los pilotos... justo yo que soy tan tímido", recordó sonriente Nicolás. "Quiero dar la vuelta y poder completar el Dakar. Sería muy importante para todo el equipo y para nosotros dos en particular".

 

<b>Los chaqueños Salom</b>

La otra pareja argentina de padre e hijo son los chaqueños Salom, Carlos y Javier, que en esta edición hasta se dieron el lujo de vivir el estreno de esta legendaria competencia en Resistencia, donde compartieron la jornada con la familia. "Cuando mi hijo era muy chico y mirábamos por televisión alguna edición desde Francia o África, le dije que en algún momento ibamos a participar y hoy puedo decir que es una realidad", dice orgulloso Carlos, de 66 años.

"Estoy muy contento de alcanzar este gran sueño de correr en el Dakar junto a mi viejo y espero poder festejar junto con él en la rampa de Buenos Aires. Nos acostumbramos a correr juntos, empecé mi carrera junto a él y vamos a seguir juntos", enfatizó Javier.

Ambos se emocionaron al recordar la segunda etapa que marcó el paso de la prueba por Resistencia. "Es como la frutilla del postre y significa un sueño completo", enfatizó Carlos, mientras que Javier agregó: "Fueron dos días por el Chaco muy emocionantes".

 

<b>El más longevo</b>

Los peruanos Farrand van por su séptima competencia, luego de la ausencia del año pasado por una operación en la columna del piloto de 46 años, que busca impulsar a su padre de 73 años como el más longevo del Dakar, título que en este 2017 ostenta el abuelo japonés Yoshimasa Sugawara, dos años mayor.

"Mi hijo Fernando miraba el Dakar por televisión y me decía que había que encontrar la manera de ir a África. Cuando vino aquí, le dije que al fin lo tendríamos a mano", enfatizó el padre, mientras que su hijo agregó: "El Dakar nos gusta. Somos masoquistas por naturaleza: nos maltratan y volvemos a por más".

 

<b>Junto a sus hijos</b>

El ya legendario piloto boliviano Walter Nosiglia vive, en su cuarta intervención en la prueba, la experiencia de compartir el camino con sus dos hijos, debutantes y que van por sus primeras sensaciones dakarianas, tuirando juntos con sus motos Honda, publicó <i>La Nación</i>.

"Nunca hubiera querido que mis hijos corrieran un Dakar, porque se sufre mucho esperando a que lleguen. Será una experiencia distinta, pero de ninguna manera puedo frenar la ilusión que ellos tienen por correr. Siempre me acompañaron en mis incursiones en el motocross primero y en el Dakar después, y esta vez será todo un desafío correr en familia", sostuvo con total franqueza el padre de 62 años, que se ubica 14° en la general de los cuatriciclos.

 

Historias mínimas de cariño familiar que conviven con otros amores: a la velocidad, el riesgo y la adrenalina de una prueba con 39 años de historia y muchas emociones encontradas.

Dakar 2017