Sociedad El fuego, el tipo de parrilla y la leña

Es campeona nacional del asado y sueña con cocinarle a Messi: sus consejos

Es una "gaucha" cordobesa que una vez se presentó a un concurso de mujeres asadoras, lo ganó y a partir de ahí, le cambió la vida. Alejandra brindó sus recomendaciones para asar vacío, costillar, matambre, entraña y bondiola.

22 de Septiembre de 2023

“Vengo de una familia de gauchos: mi papá, mi mamá y mis tíos eran asadores, alambradores, puesteros; mi abuelo tenía la pulpería del pueblo y siempre estuve entre parrillas, pero hasta hace unos años era ama de casa, madre a tiempo completo, hasta que me convocaron a un concurso y me cambió la vida”.

Así se presenta Alejandra Casas, con un inconfundible acento cordobés y una voz tierna y emocionada. Hoy tiene su emprendimiento como cocinera y forma parte de una escuela de equinoterapia y equitación.

 

Es oriunda de Villa del Totoral, pero vive en Jesús María, ambas localidades del norte cordobés. Y en su historia vinculada al campo resalta que es embajadora de “El mejor asado del mundo”, el sello turístico-gastronómico de la Municipalidad de Jesús María.

Además, ha participado y ganado en el concurso nacional de asadores, y también se dio el gusto junto con su madre, Cristina Pinto, de ganar en el marco del Festival de Folclore de Jesús María el primer campeonato de la empanada criolla.

 

 

 

Asar ha pasado a ser su sustento y como emprendedora ofrece costillares para fiestas y eventos. Madre de dos hijos, además es acompañante terapéutica, sueña con hacerle un asado a Messi y es la nueva protagonista de la serie de podcast ELLAS, en un capítulo en que relata incluso algunos “tips” para hacer un buen asado.

 

–¿Cuál es tu historia vinculada al campo y la ruralidad?

–Vengo de una familia de gauchos. Nací en Villa del Totoral, que hoy es ciudad, pero hace más de 40 años (N. de R: está por cumplir 48) era un pueblo muy chico, donde teníamos una vida de campo. Mis padres, Cristina Pinto y Agustín Casas, más conocido como el “Gaucho Tinajo”, mis tíos, amansadores, alambradores, empleados rurales, trabajadores de estancia. Mi abuelo tenía la pulpería del pueblo. Vengo de ahí, de guitarreadas, mi abuelo cantaba y tocaba la guitarra. Me parece escucharlo cada vez que voy.

 

 

 

–¿De dónde viene el vínculo con la cocina en tu familia?

–La familia viene de las carneadas, el asado, y yo siempre ahí al lado, pero mi papá nunca me dio el poder que yo quería. Siempre bajo su supervisión en cuanto al toque de sabor de la comida. Pero es un excelente asador, lo mismo que todos mis tíos. Mi papá es mi referente para hacer asado. Hace de todo, asado con cuero, o costillares a dos fuegos, también en el horno de barro, yo crecí en ese contexto. Y mi papá también era el encargado de hacer los dulces en casa. Los días de verano después de hacer su siesta se sentaba en la sombra de una mora que teníamos y nos pedía que lo ayudáramos a cortar chiquito para después hacer el dulce casero. Y es algo que yo adopté para mí y en casa se consumen sólo mermeladas caseras.

 

–¿Qué significa para vos prender el fuego?

–Muchas cosas. Lo primero que hay que decir es que yo incursioné en el mundo del asado, pero era un plan que no tenía en mi vida. A mi me llamaron en un momento muy particular de mi vida a participar de un certamen de mujeres asadoras y acepté, participé dos veces y salí campeona nacional.

 

 

 

–¿Hasta entonces qué hacías?

–Era ama de casa. Tenía una vida armada en mi cabeza que hoy no existe. Nada que ver. Era mamá tiempo completo. Me ocupaba de mis hijos, pero después crecieron, surgió esto y todo cambió.

 

–Volvamos entonces a ¿qué significa el fuego para vos?

–Depende el estado de ánimo con el que esté. Los primeros tiempos, que participaba de competencias o tenía un evento me generaba muchos nervios. Después empecé a observar el fuego y me llevaba a mi niñez, la casa de mis abuelos, las juntadas familiares, eventos lindos. Y hoy por hoy, encender el fuego en Andares, para hacer tortilla y mate cocido, o para hacerle un asado a mi mamá, me genera una satisfacción tan grande, tan placentero, es como entregar un poquito de mi ser a la otra persona, me llena el alma.

 

–¿La parrilla en V o los fierritos redondos?

–No tengo drama, pero si tengo que elegir, voy por los fierritos.

 

 

 

–¿Tu corte preferido? ¿El que más te gusta hacer y comer?

–El corte típico de Jesús María, cuadril con papas fritas y huevo revuelto.

 

–Tips para asadores: ¿leña o carbón?

–¡Carbón jamás! Yo uso el algarrobo, el fino para hacer costillares a la llama, y el quebracho blanco, más grande y que dura más. Siempre me gusta transmitir que se puede usar cualquier leña para hacer el fuego, pero de acuerdo a la leña que vayas a usar es el asado que vayas a hacer y cambia el sabor.

 

–¿Recomendación podés para asar un vacío?

–Siempre los fierros calientes. Eso para cualquier corte que vayas a hacer. En cuando el vacío, primero que nada, yo le hago unos cortes, un marcado al cartílago, para que no se achicharre. Obvio que se pone siempre del lado ese. El vacío es un corte que te lleva, fácil, si lo querés sacar diez puntos, tres horas. A fuego lento, que no le falte brasa pero suave. Mucho fuego corona.

 

 

 

–¿Y al matambrito de carne vacuna? ¿Hay que hervirlo en leche antes para tiernizarlo?

–No. Es más fácil. Lo doblamos, con la grasita para adentro. La parte más gruesa la ponés del lado que tenés más fuego. Lo dorás de un lado, lo dorás del otro, lo abrís, le ponés un poco de jugo de limón, un ratito más y listo.

 

–¿La entraña?

–Es un corte fácil para mí por como yo lo hago. Yo le saco la telita. Ojo que mi papá la deja, y le hace esos cortes como el que te dije recién del vacío para que no se achicharre. Es brasa, parrilla caliente, vuelta y vuelta, no más de 15 minutos.

 

–¿La bondiola?

–Generalmente la hago al disco. Entera sobre un colchón de verduras, unas tres horas. Si la quiero fileteada le doy menos cocción y si no le doy más tiempo y se desmenuza con las manos.

 

 

 

–¿Y un costillar?

–La clave está que siempre a la hora de dar vuelta el corte que todo el jugo esté arriba. Para que tenga un buen color o asado no tenés que apurarlo con mucho fuego de abajo, siempre acuérdense del fuego corona, fuego indirecto. Así te lleve un poco más de tiempo. Siempre digo, el arte del asado no es ciencia, es paciencia.

 

–¿Cómo te ha ido siendo mujer entre parrillas?

–La verdad que he sentido muy bien, los hombres me han tratado con muchísimo respeto. Y también sé que hay cada vez más mujeres parrilleras, pero muchas no se animan a mostrarlo. Pero están. Yo soy una asadora criolla, una apasionada por cocinar al fuego. Siempre que no sé pregunto. Soy una agradecida de los hombres que se han acercado y me han tratado bien, porque no es un mundo fácil.

 

–¿Algún lugar que te gustaría conocer?

–Yo sueño con conocer el mar. Pero un país que me gustaría conocer es Francia. Tengo curiosidad por su gastronomía. Yo sueño con prender un fuego y hacer un costillar al pie de la torre Eiffel.

 

–Bueno, en algún momento, cuando Messi todavía jugaba en el Paris Saint Germain, en Francia, soñabas con hacerle un asado a él. ¿Seguís con esa idea?

–Jamás voy a renunciar a ese sueño. Claro que sí.

Fuente: (Infocampo)