En una primera instancia se contarán los votos de las 347 mesas que, por fallas o irregularidades, no fueron computadas durante el recuento provisorio del domingo pasado. Representan el 4,55 por ciento del universo de votos emitidos.
Según ese primer escrutinio, el ganador de la elección fue el socialista Miguel Lifschitz, con apenas 2128 votos más que el macrista Miguel Del Sel. Tercero, a 1,33%, quedó el postulante del Frente para la Victoria, Omar Perotti.
En las 347 mesas cuyas urnas se analizarán primero votaron casi 100.000 personas, por lo que el resultado del escrutinio provisorio podría cambiar.
En una segunda instancia, se avanzará sobre el resto de las mesas. El procedimiento consiste en abrir cada urna, pero no para contar todos los votos, sino para revisar el telegrama que contiene los resultados de la mesa. Ese documento registra el detalle de los votos recibidos por cada lista en cada una de las categorías (gobernador y vice, diputado provincial, senador provincial e intendente), y está firmado por las autoridades de la mesa y por los fiscales de cada uno de los partidos.
Ante funcionarios de la justicia electoral y representantes de las fuerzas políticas se comparará el contenido de ese telegrama con el que cada presidente de mesa envió al centro de cómputos. Sólo podría abrirse una urna para contar los votos de a uno si del cotejo entre telegramas surge una diferencia importante. Los fiscales del o los partidos afectados podrían pedir la apertura en ese mismo momento. En total, deben revisarse 7628 mesas.
Así se hizo el escrutinio provisorio de las PASO del 19 de abril, en las que un 10% de los votos había quedado sin escrutar.
El proceso que comenzará mañana, a partir de las 8, tendrá la misma mecánica. Se espera que los resultados estén dentro de una semana y no dos, como ocurrió con las internas, ya que las listas en competencia son menos.
La historia podría cambiar si Pro efectivamente formaliza la solicitud para que se abran todas las urnas y si la justicia electoral la acepta.
"Lo habitual es pedir la apertura de una urna mientras se hace el escrutinio definitivo, pero ya es la segunda vez que pasa una cosa así y las irregularidades que estamos identificando son serias", explicó a <i>La Nación</i> el apoderado de Pro Santa Fe, Lucas Incicco.
El dirigente macrista admitió, sin embargo, que recurrir a la Justicia una vez terminado el escrutinio definitivo "es muy difícil".
"Para ir a la Corte hacen falta una irregularidad muy grave e indicios fuertes de que hubo intención de modificar un resultado. No se puede plantear cualquier cosa", explicaron voceros del gobierno provincial.
Allegados a Lifschitz, por su parte, acusaron a Del Sel de estar "ensuciando la cancha" y de "plantear sospechas donde no las hay". "No hubo ni una sola denuncia de irregularidades y 5% de mesas recurridas es un porcentaje absolutamente normal para una elección provincial", dijeron fuentes socialistas. Confían, incluso, en que el escrutinio definitivo estire la ventaja sobre de Del Sel porque el 40% de las mesas recurridas son de Rosario, donde en la categoría gobernador el socialismo le ganó a Pro por casi 9 puntos.