Si bien el sorteo puso a River como favorito para avanzar a los cuartos de final de la Copa Libertadores, la aparición de Athletico Paranaense como rival supone una preocupación mayúscula para el cuerpo técnico de Marcelo Gallardo por el partido de ida, que se jugará sobre césped sintético en Curitiba.

El martes 24 de noviembre (19.15) en el Arena da Baixada, el Millonario se encontrará con un terreno que ya exploró, pero que al mismo tiempo desconoce. No es para nada habitual jugar en un campo así y en la Recopa de 2019, cuando perdió 1-0 en el primero de los dos cruces, la sacó barata. Luego revirtió la historia en su casa.

Sin embargo, a pesar de este antecedente negativo, el cuerpo técnico del Muñeco no piensa por ahora en hacer entrenamientos en una superficie similar. En todo caso, si cambian de parecer tienen a su disposición una de las canchas auxiliares del Monumental, aunque no hay demasiada similitud.

La diferencia está en la calidad y el desgaste de cada una. El sintético de Paranaense tiene otra textura y el pique o la velocidad de la pelota cambian significativamente. Entonces, las condiciones cambian y mucho porque los traslados se dan a otro ritmo.

La otra opción es que, una vez en Curitiba, el local le ceda sus instalaciones a River, tal como lo hizo en la previa de la Recopa pasada. Allí el terreno sí es idéntico al del estadio, aunque en un solo entrenamiento poco se puede hacer.

Así le fue a Athletico Paranaense de local en la Copa Libertadores: Su camino arrancó en marzo con una ajustada victoria por 1-0 sobre Peñarol en marzo. Después del parate, a su vez, derrotó por 2-0 a Colo-Colo y empató 0-0 con Jorge Wilstermann.