En medio de la cuarentena por el coronavirus, Graciela Alfano comenzó una historia romántica con un vecino, a quien conoció de balcón a balcón... gracias a los ladridos de su perro Berni.
"Esto podría ser una película y llamarse la cuarentena del amor. Estaba en chancletas como cualquier señora, porque de diva trabajo. Pero cuando estoy en casa me visto como cualquiera", comentó Alfano durante una entrevista con "Hay que ver", conducido por José María Listorti y Denis Dumas.
"Yo salí creyendo que el perro ladraba. Estaba enchancletada, horrible y de repente encontré un señor flaco, alto, canoso, impecable, pantalón blanco, camisa celeste, y me fui para atrás de inmediato. Entré al baño y me maquillé rápido. Salí de nuevo haciéndome la diosa, Ahí sí bien a lo Alfano lo beboteé y le dije 'Hola, disculpame pero mi perro no es mala onda'. Y empezamos a hablar".
"Le pregunté si tenía familia. Mirá si estaba la mujer ahí adentro y me saca de un cascotazo. Me dijo que estaba solo y yo de repente me quise hacer la canchera y le ofrecí que si necesitaba algo rico yo se lo preparaba y se lo pasaba por el balcón. Pero soy un mamarracho con la cocina. Debo ser la única que adelgazó en la cuarentena, porque no sé cocinar nada. No sé condimentar y me queda todo mal", reconoció.
Ante el interés que demostraban los conductores por la charla, confesó: "Tengo que conseguir un delivery urgente porque si me pide algo rico estoy al horno. Me agradeció, y me dijo que estaba así elegante porque había terminado una videoconferencia. Empezamos a hablar y ya llevamos varios días de charla".
Cuando le preguntaron si arreglaban algún horario para verse a través del balcón, reveló algunas estrategias: "Yo espero que mi perrito empiece a ladrar y ahí me doy cuenta que está él y salgo. Igual ya nos pasamos los contactos de Whatsapp y hacemos videoconferencias. Por supuesto acondiciono mi habitación con todos los almohadones más lindos que tengo, me pongo el deshabillé sensual que nunca usé".
De todos modos, una panelista del programa manifestó algunas dudas sobre la relación. "Mi problema es que tengo miedo que me hackeen el teléfono y si quiero mandar algo un poco más erótico, que me escrachen en todos los portales. Por ahora mandé cosas insinuantes más que lo que mostré".
"Lo interesante de esto es que nos mantiene con ganas y encontramos un objetivo para pasar mejor la cuarentena. Cuando esto termine me gustaría que me invite a comer afuera. Ahí ves lo que el tipo quiere gastar, cómo te trata y esas cosas. Ves si es divertido, creativo. Y si de pronto ves que no era lo que pensabas, podés huir de inmediato", reflexionó.
Después le pidieron datos del caballero. "Es muy culto. Tiene algo muy divertido que me encanta, aunque les voy a confesar algo. Del otro lado del balcón hay un muchacho más joven, de cincuenta, que está con sus hijos y es un amor. Me grita 'Grace, tengo una videoconferencia. ¿Podés callar al perro?' y también establecimos una relación. Me hace charlar con las hijas y es un divino. Me ofreció comprarme las frutas y verduras y me enganché. Por suerte no me los confundo porque cuando el perro ladra para un lado sé que es uno. Y cuando ladra para el otro, sé que es el otro", reconoció.
Sobre el final de la charla, Alfano se puso melancólica cuando le preguntaron por su nieta, a la que no puede ver. "Por suerte mi hijo y mi nuera me mandan videítos todos los días. La gorda está divina porque tiene a sus papis las 24 hs del día. De mí debe pensar que soy un teléfono, porque sólo escucha mi voz de esa manera. Tiene tres meses y hace un mes y medio que no la veo. Quiero escucharla diciéndome 'abuela' algún día. Mientras tanto, le escribo todo lo que voy pensando en estos días de cuarentena, esperando algún día leerle todo esto para que entienda el tremendo amor que me da".
<iframe width="560" height="315" src="https://www.youtube.com/embed/2nQ2obSrB_E" frameborder="0" allow="accelerometer; autoplay; encrypted-media; gyroscope; picture-in-picture" allowfullscreen></iframe>