Arruabarrena primero paró la defensa y la hizo mover de un lado para el otro contra seis rivales. Después le sumó al mediocampo y lo sometió al ataque de diez jugadores. Y recién para el final, aparecieron los delanteros. Y ahí apareció Nicolás Lodeiro, recién regresado de la gira con su selección, para recuperar su lugar entre los titulares, como pieza clave del equipo de Arruabarrena. Porque si algo está bien claro en el arranque de esta seguidilla de partidos es que el charrúa va a estar en la cancha.
El uruguayo viene de no estar frente a Estudiantes por la convocatoria de Tabárez. Viajó a Portugal, de ahí a Marruecos para enfrentar al combinado local. Fue titular y jugó 70 minutos. Luego, como Uruguay tenía un solo amistoso, pegó la vuelta para estar a disposición para el domingo. El martes se reincorporó pero, a diferencia de Fuenzalida, no participó del amistoso con Ferro. El Vasco se lo guardaba para los trabajos de ayer...
En el comienzo de la práctica, mientras los defensores hacían movimientos en un arco, formó parte de un trabajo de fútbol en espacios reducidos. Y se mostró muy bien. Al punto de empezar con un zurdazo casi desde el ángulo del área grande que se clavó en el segundo palo y, después de no poder completar una pared con Osvaldo, aparecer tirándose al piso en una posición defensiva. E incluso hubo un momento en el que hizo de comodín -con una pechera distinta a la de los dos equipos- y jugaba para el equipo que tenía la pelota...
A medida que avanzó el entrenamiento también quedó claro dónde lo piensa el Vasco. De arranque, lo que hizo el entrenador fue parar a la misma defensa del domingo ante Estudiantes, con Peruzzi, Cata Díaz, Torsiglieri y Colazo, en un táctico en el que debían defender un arco contra seis rivales de la Reserva. Pero un rato más tarde, cuando se sumó a ese trabajo una línea de tres volantes compuestas por Pablo Pérez, Erbes y Meli, quedó claro que a Lodeiro lo reservaba para la delantera, en la posición que parece más cómodo porque siente que no pierde lucidez y frescura por el desgaste físico que significa jugar de volante.
Y cuando llegó la hora de un trabajo táctico con 11 jugadores de cada lado, los tres atacantes que arrancaron fueron Lodeiro por la derecha, con Daniel Osvaldo y Federico Carrizo. Y a diferencia de lo que pasó con sus compañeros, que alternaron con Jonathan Calleri y Andrés Chávez, el uruguayo no perdió nunca su lugar entre los titulares. Con una línea que dividía el campo a lo largo en tres partes, tanto él como el extremo izquierdo y los laterales debían jugar bien abiertos por su sector. Y cuando se le sumaba el volante interno, tenían que aprovechar la superioridad numérica de tres contra dos.
Con Gago todavía moviéndose de las líneas de la cancha para afuera, apenas acelerando un poco en sus ejercicios físicos, parece que Nico Lodeiro no puede faltar.