No hay resultadista que pueda discutir una realidad ineludible: si jugás mejor, viejo, ganás. Existe un ínfimo porcentaje de excepciones -alimento nutritivo para el ego resultadista- que no hacen más que confirmar la regla. Racing ganó en Rosario porque superó a Central. Y lo hizo siempre. Desde el primer minuto se activó en modo Coudet: presión a la salida del canalla, circulación rápida y el arco de enfrente como objetivo.

La genética chachista se mostró de arranque. Pressing sobre Gil, Camacho y José Luis Fernández para recuperar, y una búsqueda intensa por la derecha -callejón adueñado por Augusto Solari- para encaminarse hacia el área contraria. La puntería fue lo que le faltó a Racing para terminar ganando el primer tiempo: Triverio se metió en el área a los 42' de partido, pero su remate se fue muy cerca del palo derecho de Ledesma.

El entretiempo no alcanzó para pulir los detalles ofensivos. Centurión buscó con un remate fortísimo a los 2'del segundo tiempo, pero el tiro se fue por arriba del travesaño. Seis minutos después, Augusto Solari remató cruzado -sí, por la derecha- y el tiro pasó a centímetros del poste. Y a los14', el que probó fue Sigali, también desviado. Hacía falta algo más. Un cambio... Y ese cambio fue el de Lautaro Martínez por Triverio. El ingreso del Toro fue fundamental para que Racing inclinara la cancha también desde el resultado.

Porque al minuto de su ingreso, Brian Mansilla encabezó un contragolpe, lo manejó y lo terminó clavándola en el segundo palo de Ledesma. Golón visitante, que merecía ir ganando y ahora lo lograba con justicia. Pero, si Lautaro está en cancha, ningún resultado a favor está completo sin su participación. Quedó demostrado a los 30': el Toro retrocedió a la mitad de la cancha, recuperó, se sacó de encima a dos jugadores de Central y remató mordido. ¿Cómo terminó la jugada? En gol.

Central ya no tenía herramientas ni aire para buscar el descuento. El ingreso de Federico Carrizo apenas se notó: la apatía gobernó al local, que terminó cayendo. ¿Racing? Racing jugó bien y ganó. Y se acercó a la Libertadores, a falta de tres fechas. Si repite rendimientos como el de este domingo, no está mal que siga soñando con la clasificación.