Con 34 años, pero con la misma hambre de gloria de cuando debutó a los 13 en un TC 850 Entrerriano, Matías Russo es un talento que dio el automovilismo nacional y que desde hace un tiempo busca resurgir para volver al máximo nivel. Aunque tampoco le cierra la puerta al medio local, ese que lo vio nacer como piloto.
Desde su separación de Luis Pérez Companc, Russo encaró un camino que tuvo rosas y también espinas. Experiencias aisladas, sin la continuidad deseada, pero con un subcampeonato en el Campeonato Italiano de Gran Turismo como oficial de Audi en 2016 (consiguiendo 4 triunfos y 9 podios en 11 carreras junto a Emiliano Zonzini) que sirvió para fortalecer el alma y el gen competitivo.
"A Pérez Companc le voy a estar eternamente agradecido por fue la persona que entendió cuáles eran mis sueños dentro del automovilismo y los hizo realidad, fueron años maravillosos. Luego de separarme de él, la continuidad se hizo difícil, teniendo temporadas pausadas, no completas. Podría estar compitiendo tranquilamente, pero no tuve años sencillos que me permitan pensar solamente en lo que tengo que hacer arriba de un auto de carrera. Pasé por Blancpain, International GT y el Campeonato Italiano de Gran Turismo, donde hice mi último año completo en 2016 como piloto oficial Audi. También estuve haciendo distintas pruebas sobre vehículos de GT", indicó Russo en charla con Carburando.
Sin embargo, el año pasado, el subcampeón 2003 y 2004 de la Fórmula Súper Renault recibió una propuesta que le devolvió la ilusión. "En 2019, trabajé mucho y tuve varias charlas con Ricardo Juncos para un muy lindo proyecto en IMSA con el prototipo Cadillac. Me reuní con él en septiembre en Paraná y dejamos claros los aspectos más importantes, hemos avanzado algo, pero se hace difícil por la situación del país. A pesar de eso, decidimos continuar y apostar por conseguir apoyo de empresas de afuera. La idea era para hacer toda la temporada de IMSA, pero por los motivos de público conocimiento, habrá que apuntar a 2021. Sería un sueño y un orgullo estar dentro del Juncos Racing y en ese nivel de automovilismo", expresó.
La última competencia oficial que Russo protagonizó fueron los 200Km del Súper TC2000 de 2017 junto a Manuel Mallo. Al hablar de la inactividad que lo aqueja hoy en día, señaló que es un aspecto al cual no le tiene miedo porque nunca dejó de entrenarse.
"Nunca deje prepararme, lo que considero que es un punto a favor. Además, el tiempo de inactividad no me preocupa porque sé que estoy en training y aunque no se haga público, me subo seguido a los autos de carrera y entrenó bastante en fórmula. Siempre estoy trabajando para que se abra la oportunidad y no descartó nada en Argentina, aunque me costó afianzarme para hacer algo acá y por eso sigo apuntando a Europa", contó.
Al momento de referirse al deporte motor nacional, el oriundo de Paraná destacó que le gustaría tener una chance concreta en el Súper TC2000, categoría en la que debutó el 22 de abril de 2012 reemplazando a Caca Bueno dentro del PSG16 Team en la competencia de Rosario.
"Siempre que hablo del automovilismo argentino soy un agradecido de todas las posibilidades que tuve, de los equipos y de la gente que me ayudó para que lo haga porque siempre me entregaron lo mejor. Lo que no tuve fue una oportunidad como la de ser piloto oficial una temporada completa en Súper TC2000, cosa que me hubiese gustado. No pierdo las esperanzas en el futuro y ni siquiera pienso en que no pueda pasar. Si tendría una posibilidad concreta de ser oficial en un equipo de buen nivel y trabajando al máximo, no tengo dudas de que estaría adelante", aseguró.
Sin embargo, el hombre que corrió en cinco ocasiones los 200Km de Buenos Aires (2010 y 2011 con Néstor Girolami, 2014 con Christian Ledesma, 2015 con Matías Muñoz Marchesi y 2017 con Mallo) dejó claro que le cuesta comprender la dinámica del medio local. "La realidad es que no logró entender cómo funciona el automovilismo argentino. Me cuesta entender cómo se mueve en los diferentes aspectos, por eso tengo el 90% de la mente puesta en el exterior", puntualizó.
La frase "insistir, persistir, resistir y nunca desistir" pinta de cuerpo entero el vínculo que tiene Russo con los "fierros", ya que conoce los vaivenes de la actividad, pero su amor por la misma lo lleva a seguir intentando.
"Soy consciente de que el automovilismo es un deporte muy difícil e ingrato porque al que más pasión tiene, es al que más le cuesta correr, pero no descartó nada. Por eso, yo nunca dejé de entrenar y hoy lo sigo haciendo porque me deja tranquilo saber que estoy siempre listo. Me faltará cintura para moverme abajo del auto, pero no me resignó y ya tengo incorporado esa incertidumbre de saber si podré correr o no, que me pesa más por la pasión que tengo por el automovilismo, que por las dudas que se dan al no concretar los proyectos", sentenció.
Para contextualizar la rica historia de este hombre de una treintena de años, hay que consignar entre 2008 y 2011 integró los equipos AF Corse, escuadra oficial Ferrari en los certámenes de GT, y Pecom Racing. En ese lapso, corrió tres ediciones de las 24 Horas de Le Mans, cuatro de las 24 Horas de Spa-Francorchamps, las 12 Horas de Sebring de 2009, dos años completos en el Campeonato Mundial de FIA GT, una temporada de Le Mans Series y otra del Intercontinental Le Mans (actual Mundial de Endurance).
Además, es el último argentino que se subió a una Ferrari de Fórmula 1, ya que realizó dos ensayos con uno de los modelos más emblemáticos de la casa de Maranello y con el cual Michael Schumacher alcanzó su séptimo título en la máxima categoría, la F2004. La primera prueba fue en abril de 2008 y la segunda en junio de 2009, ambas se realizaron en el circuito privado que tiene la fábrica italiana en Fiorano.
A la luz de todos los antecedentes expuestos y para cerrar, Russo hizo una declaración de principios al ratificar que en todo este tiempo, con buenos y malos momentos en el medio, nunca dejó de confiar en sus cualidades arriba de un auto de carrera.
"Nunca deje de creer en mis condiciones por eso es que tengo la misma hambre de competir que tuve desde chico. Entre 2012, 2013 y 2014 no estuve arriba de un auto y volví en 2015 (junto a Emiliano López y el Baporo Motorsport), ganándole a una escuadra oficial en el International GT Open. Nunca dudé porque me conozco mejor que nadie y sé que el piloto es un complemento de un montón de cosas. Siempre estuve seguro de lo que puedo dar y por eso he hecho tantas cosas en el automovilismo", concluyó.